Un desplome de la ocupación y más de 6 millones de parados que "descapitalizan" al país

  • España alcanza los 6.202.700 desempleados en el último trimestre y pierde 798.500 ocupados respecto al año pasado, según la EPA.
  • Los hogares con todos sus miembros en paro ascienden a 1.906.100, mientras los desempleados de larga duración ya superan los 3,2 millones.
  • La cifra se conoce mientras el Gobierno estudia medidas para aumentar los años de cotización de aquellos que quieran optar a una pensión de jubilación.
Desempleados en la cola de una oficina de empleo.
Desempleados en la cola de una oficina de empleo.
GTRES
Desempleados en la cola de una oficina de empleo.

Más de 6,2 millones de parados y apenas 16,6 millones de ocupados. Nunca antes, desde que existen registros, había habido tantos españoles sin empleo, y la cifra de personas trabajando no era tan baja desde 2002. A la vista de los números del paro conocidos este jueves tras la publicación de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre de 2013 escasean los argumentos que apoyen al Gobierno en su búsqueda de "cambios de tendencia".

El desempleo se incrementó en 237.400 personas entre enero y marzo, lo que significa que, de media, cada día más de 2.600 personas pasaron a buscar trabajo. En relación al mismo trimestre del año pasado el paro ha aumentado en 563.200 personas. Tal como anticipó el FMI en recientes informes sobre la economía española, la tasa de parados ya ha superado el 27% de la población activa.

Más acentuado aún ha sido el deterioro del empleo, ya que hay que sumar las personas que se jubilan y no son reemplazadas: El número de ocupados ha caído en 798.500 personas con respecto al primer trimestre de 2012, lo que deja a apenas 16,6 millones de trabajadores para costear y mantener un país de 47 millones de habitantes: Apenas uno de cada tres españoles trabaja para generar riqueza, según los datos oficiales.

"Insostenible en una economía desarrollada"

El número de trabajadores que contribuyen en el sistema no deja de reducirse mientras los gastos y compromisos del Estado no hacen sino aumentar: en pago de la deuda, en prestaciones por desempleo... En este contexto, el Gobierno prepara un inminente paquete de reformas y ajustes en el que no se descartan subidas impositivas, rebajas de salarios a los empleados públicos o limitaciones del cobro de subsidios.

El Ejecutivo también estudia ampliar más aún la edad de jubilación, marcada ahora para los nuevos trabajadores en los 67 años, así como aumentar los años de cotización necesarios para poder jubilarse. De confirmarse nuevas medidas en este sentido se complicarían aún más las perspectivas de futuro de millones de ciudadanos y familias.

¿Qué pensiones cobrarán los más de 3,2 millones de parados de larga duración que actualmente hay en España? ¿Y el 57% de jóvenes menores de 25 años que actualmente están en busca de empleo? ¿Habrá al menos una jubilación digna en los 1,9 millones de hogares que tienen a todos sus miembros en paro? La situación es tan grave que la consultora laboral People Matters alertaba en un informe sobre la "generación perdida" de que las disfunciones del mercado de trabajo puede tener graves implicaciones en la situación del conjunto de la economía.

Más allá incluso llegan las críticas del sindicato UGT, que denuncia que "las medidas que está aplicando el Gobierno, auspiciado por la troika, van a enquistar un volumen de desempleo insostenible en una economía desarrollada". La conclusión principal de la Unión General de Trabajadores es que el país "se está empobreciendo y descapitalizando", y que solo se podrá contrarrestar con un cambio radical de las políticas, con prioridad en el empleo y el crecimiento.

"Ajuste en el mercado de trabajo"

La imparable destrucción de puest0s de trabajo registrada durante esta crisis forma parte de lo que los analistas de BBVA Research denominan "ajuste del mercado de trabajo": se destruye empleo porque no es sostenible ni productivo, y las sucesivas reformas laborales han ido encaminadas, en teoría, a ofrecer alternativas al despido (bajadas de salarios, recolocaciones laborales...) o directamente a abaratarlo. A la vista de los datos, parece que los empresarios españoles están tendiendo por la segunda opción.

En el último trimestre, solo el sector servicios concentró la mitad de la destrucción de puestos de trabajo, mientras que el empleo público significó algo más de la quinta parte. El recorte de empleo en las administraciones ha sido tan fuerte que las plantillas están en niveles de 2005, según denuncia el sindicato de funcionarios CSIF.

A la caída en el número de trabajadores por cuenta ajena no le han sustituido (como esperaba el Gobierno) los autonómos y emprendedores. Bien al contrario, en el último trimestre los empleados por cuenta propia se redujeron en casi 10.000 personas.

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