La autopsia al cadáver del alumno, de 29 años y nacido en Madrid, es el último trámite para que la familia de Jorge Francisco Martín-Vázquez Perea, que hubiera recibido su destino en mayo, pueda disponer de su cuerpo para darle sepultura.

Según informaron fuentes de la investigación, el suceso tuvo lugar pasadas las 13.00 horas del viernes en un aula donde se estaba desarrollando una clase teórico-práctica de tiro en la que participaban treinta alumnos y dos instructores.

Los alumnos se encontraban en círculo y el instructor, un sargento de la Guardia Civil, estaba enseñándoles un ejercicio de tiro instintivo consistente en sacar el arma corta reglamentaria y apuntar en el menor tiempo posible.

El instructor llevaba el arma con el cargador preparado, cuando este tipo de prácticas se realizan obligatoriamente sin el cargador y menos aún cuando éste tiene balas.

Al apuntar, el instructor apretó el gatillo y disparó la bala que atravesó por el costado al instructor auxiliar e impactó en el pecho de Jorge Francisco Martín Vázquez-Perea, soltero y con novia en Madrid.

Al percatarse de lo ocurrido, el instructor tiró el arma al suelo y al ser ésta semiautomática volvió a dispararse y alcanzó a una joven alumna, de 19 años, a la que esta segunda bala le atravesó la bota causándole una laceración en el pie derecho.

Tanto el instructor auxiliar, un guardia civil de 41 años cuya identidad se corresponde con las iniciales de V.N.G., como la joven alumna fueron trasladados al hospital San Juan de la Cruz de Ubeda (Jaén), donde evolucionan favorablemente y se encuentran fuera de peligro.

El instructor de cuya arma salieron los dos disparos que causaron la muerte del alumno y heridas a otras dos personas más tuvo que ser ingresado también ayer por una crisis de ansiedad de la que ya fue atendido por los servicios sanitarios en la academia por el estado en el que entró tras percatarse de lo ocurrido.

Todo apunta, según las fuentes, a que el accidente se debió a una imprudencia del instructor, un sargento que es tirador profesional y que cayó posiblemente en un exceso de confianza con un trágico resultado.

El Juzgado número 1 de Primera Instancia e Instrucción de Baeza fue el encargado de ordenar el levantamiento del cadáver y de hacerse cargo de las diligencias para el esclarecimiento de los hechos, mientras que la academia de la Guardia Civil también ha abierto una investigación interna para determinar lo ocurrido en esa clase teórico-práctica preparatoria para el ejercicio de tiro al que se enfrentarán los alumnos el próximo lunes.