Ocho millones de toneladas de alimentos en buen estado acaban en el cubo de la basura cada año en España. Con esa comida que se despilfarra, se podrían llenar los bancos de alimentos de nuestro país 80 veces, según explica el presidente de la Federación Española de Bancos de Alimentos, José Antonio Busto.

"Es una paradoja intolerable que Europa tire la mitad de los alimentos que produce", ha señalado Busto durante la presentación del XVIII Congreso de la federación que preside, que se ha inaugurado este viernes en Barcelona y que se clausura mañana en Girona.

La reducción de ese despilfarro de alimentos, junto con la reducción de las ayudas públicas, será un eje fundamental de este congreso, en el que participan responsables de los 55 bancos de alimentos de España, que agrupan a más de 2.000 voluntarios y reparten 104.000 toneladas de comida anuales a 1,3 millones de personas.

Algunas de las propuestas para reducir la cantidad de alimentos en buen estado que acaban en la basura son eliminar las ofertas de 2x1 en los supermercados y adaptar los envases a la estructura social actual, en la que cada vez más personas viven solas, ha asegurado Busto.

Asimismo, el presidente de la Federación Española de Bancos de Alimentos ha afirmado que habría que clarificar conceptos como el consumo preferente y ha señalado que "se están utilizando coeficientes de seguridad mucho más altos que los que corresponderían".  En este sentido, ha asegurado que el hecho de que los yogures dejen de tener fecha de caducidad es "una anécdota".

Por su parte, el presidente del Banco de Alimentos de Barcelona, Antoni Sansalvadó, ha pronosticado que se puede progresar "mucho y muy rápido" en la reducción del despilfarro de comida porque "es un tema de voluntad", no económico.

La economía será otro de los ejes del congreso, ya que la UE reducirá las ayudas a los bancos de alimentos dado que, además de disminuir su importe, "se diluirán en un fondo de cohesión social que abarcará distintos ámbitos, no sólo la alimentación", ha lamentado, por su parte, el presidente de la Federación de Bancos de Alimentos, José Antonio Busto.

"La alimentación es vital: no es sólo llenar el estómago, sino que afecta al desarrollo intelectual y a las defensas ante distintas enfermedades", ha recordado Busto.

Ha asegurado asimismo que las ayudas que dejarán de percibirse de la UE "deben suplirse" y ha insistido en que los bancos de alimentos siempre han dependido de la solidaridad de los ciudadanos, más que de los fondos públicos.

En esta línea, Antoni Sansalvadó ha hecho un llamamiento a las empresas alimentarias para que no donen sólo lo que les sobra, sino que también ayuden con más comida "dentro de programas de responsabilidad corporativa".

La presidenta del Parlament de Cataluña, Núria de Gispert, ha destacado que, en un período de crisis económica, la familia está ejerciendo de "colchón social".

"Si la solidaridad familiar no funcionase, habría revueltas sociales como sucede en otras partes del mundo", ha opinado De Gispert, quien ha asegurado que la sociedad civil organizada "emerge con fuerza".

Asimismo, ha pedido la colaboración de las empresas para que con su ayuda se supla la disminución de los fondos públicos que perciben las entidades sociales.