Nacido en Oviedo el 30 de mayo de 1931, Antonio Gamoneda, a los dos años y tras la muerte de su padre, se trasladó a León con su madre, una ciudad en la que siempre ha vivido y donde dirige desde hace muchos años la Fundación Sierra-Pambley, creada en 1887 por Francisco Giner de los Ríos con los principios de la Institución Libre de Enseñanza.
Autodidacta
De formación autodidacta y tras empezar a trabajar en 1945 como recadero en un banco durante muchos años, actividad que compaginó con estudios medios, Gamoneda publicó sus primeros poemas en 1960, como los escritos en 1947 "Sublevación inmóvil". En ese mismo tiempo escribió "Blues castellano", que entonces no editó por razones de censura.
Gamoneda comenzó así una poesía alimentada con su propia vida y experiencia, marcada siempre por "la huella ética que penetrará en toda su obra", como recordó el jurado del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana cuando le concedió el premio, un galardón que recoge hoy en el Palacio Real, de manos de la Reina.
De la Deneración de los 50, por "nacimiento"
Incrustado solo por edad en la Generación de los 50, pero muy alejado del sentir poético con el que se inició este grupo inclinado por la poesía social, con el que no tuvo nada que ver, Antonio Gamoneda vivió activamente también los momentos de la resistencia antifranquista, un periodo en el que tomó más conciencia moral, si cabe, y que fue muy rico para su creación.
Doctor "honoris causa" por la Universidad de León, Gamoneda también posee el premio Castilla y León de las Letras, el premio Nacional de Poesía en 1986 por "Edad", y ha sido nominado al Premio Europa.
Su nombre está incluido en la prestigiosa antología "Insulas extrañas" y su poesía completa (1947-2004) ha quedado reunida en el volumen "Esta luz", editado por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.
Datos, circunstancias y premios que figuran en la vida y la ficha literaria de este autor. Aunque la mejor manera para conocer a Gamoneda es leer cualquier libro suyo, porque todos ellos son la crónica de su vida. Sus poemas están enmarcados en la temporalidad.
Verso a verso
"La poesía, en su esencialidad y en sus necesidades técnicas, es un arte de la memoria. Pero la memoria es siempre consciencia de pérdida (conciencia de lo que ya no está con nosotros o de lo que ya no es... conciencia de progresivo acercamiento a la muerte)", repite siempre Gamoneda.
Pero a esta certeza gamonediana de que la poesía existe porque sabemos que vamos a morir hay que añadir que fundamentalmente para este poeta:"la poesía tiene su causa y su finalidad en la creación de placer".
Y este credo creativo lo dejó dicho el poeta en la Residencia de Estudiantes, el pasado 28 de junio: "Si ustedes leen las Coplas de Jorge Manrique es un poema desolador, pero está proporcionándonos un tipo de placer, díganselo ustedes a sí mismos. Según esto, la poesía, queramos o no, es el relato de cómo se avanza hacia la muerte, pero, simultáneamente, es también el arte de implicar placer en este relato".
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