La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a seis años de prisión por un delito consumado de agresión sexual a un hombre, E.DR.M., que violó dos veces a una conocida con la que se encontró en un pub y a la que acompañó a dar una vuelta para que tomara el aire.

También deberá indemnizar con 12.000 euros a la víctima, a la que no podrá acercarse a menos de 300 metros ni comunicarse con ella durante 10 años, así como pagar las costas procesales.

Los hechos tuvieron lugar en abril de 2010 en la localidad de Noja, cuando el acusado se encontraba con la mujer en un callejón ubicado en las inmediaciones del pub, donde se habían encontrado previamente. Nada más llegar, ella quiso marcharse, pero él se lo impidió "agarrándola fuertemente para retenerla y cayó al suelo".

A continuación la sentó en una butaca donde empezó a acariciarla y le dijo "vamos a follar" y, ante la negativa de la víctima, "la tiró al suelo", donde "con una mano le sujeto la cara", con la otra la desnudó de cintura para abajo y "la penetró vaginalmente hasta en dos ocasiones y eyaculó".

Como consecuencia de estos hechos la agredida sufrió erosiones y arañazos en piernas y muslos, eritema facial en las mejillas, un corte en la rodilla, erosión vaginal en el cuello del útero, y erosiones en espalda y nalga, lesiones de las que tardó en curarse siete días no impeditivos.

Además, padeció un cuadro de estrés postraumático que requirió tratamiento médico, del que tardó en curarse 90 días no impeditivos, sin que le queden secuelas.

En el juicio, el procesado negó haber obligado a la mujer a realizar el acto sexual y aseguró que ella accedió voluntariamente, al tiempo que sostuvo que las lesiones fueron anteriores a las relaciones sexuales y se debieron a que ella se cayó un par de veces con las rodillas.

La víctima, por el contrario, defendió que el hombre, al que conocía desde hacía un año, se había ofrecido a acompañarlas para que le diera el aire, y al llegar al callejón ella se quiso marchar, pero él se lo impidió, la tiró al suelo, la desnudó y la penetró después de inmovilizarla.

También declaró que cuando el agresor se marchó, se quedó en "estado de shock" y desnuda de cintura para abajo; unos chicos que aparecieron por ahí sólo encontraron un zapato, el tanga y los pantis, por lo que sus amigas le dejaron algo de ropa para marcharse.

Versiones "opuestas"

Antes estas dos versiones "opuestas", los miembros del tribunal de la Sección Primera de la Audiencia "no tienen la menor duda" de que la mujer "dice la verdad y los hechos ocurrieron según su relato".

Así, destacan que su declaración es "firme y contundente" y "no incurre en contradicciones"; además "queda fuera de toda duda" que exista "ánimo de venganza o móviles espurios" por su parte, ni tampoco que tuviera "ninguna razón" para sospechar que el acusado "le podía hacer daño", ya que "eran conocidos y se llevaban bien", por lo que "nada tiene de extraño que se fueran a caminar juntos".

La sentencia se apoya también en "corroboraciones externas" a la versión de la víctima que demuestran que la relación "no fue consentida, sino fruto del empleo de la violencia", entre ellas las lesiones físicas recogidas en los informes forenses, y las psíquicas, también corroboradas por los expertos.

Junto a ello cita la "inmediatez" a la hora de denunciar los hechos o los restos hallados en la cazadora, entre otros.

El Ministerio Fiscal pedía para el acusado ocho años de prisión por un delito de agresión sexual y 21.000 euros de indemnización en total, y la acusación particular 18.000 euros, además de alejamiento. Ambas partes reclamaban igualmente penas por una falta de lesiones, que la Audiencia no contempla, ya que considera que éstas "quedan absorbidas" por la agresión sexual.