Pequeñas colas y resignación en la reapertura de los bancos en Chipre tras 15 días de corralito

Chipriotas aguardan la apertura de una sucursal del Banco de Chipre, en Nicosia, este jueves 28 de marzo de 2013.
Chipriotas aguardan la apertura de una sucursal del Banco de Chipre, en Nicosia, este jueves 28 de marzo de 2013.
EFE
Chipriotas aguardan la apertura de una sucursal del Banco de Chipre, en Nicosia, este jueves 28 de marzo de 2013.

Los ciudadanos de Nicosia aguardaban con tranquilidad su turno para entrar en las oficinas de los bancos de Chipre, en las colas de docenas de personas que se formaron a la entrada de las sucursales que este jueves abrieron sus puertas, tras casi dos semanas de cierre.

Las oficinas bancarias habían colgado en sus puertas notas informativas sobre las restricciones impuestas a la retirada de capitales, información que también repartían entre los clientes.

"Tengo una sensación de miedo y decepción por tener que guardar una fila como esta, siento como si estuviéramos en un país del tercer mundo, pero ¿qué podemos hacer?", declaraba Froso Kokikou, un pensionista de 64 años de edad que esperaba su turno en una fila de ciudadanos formada ante una oficina del Laiki Bank.

De su lado, otro ciudadano, también pensionista y de 60 años de edad, Kostas Nikolaou, calificó de "muerte lenta" la incertidumbre de las últimas dos semanas. "¿Cómo nos pueden decir que no podemos acceder a nuestro propio dinero?", se preguntaba Nikolaou.

El Gobierno chipriota ha organizado un fuerte dispositivo policial en la ciudad, que también custodió a los camiones blindados que durante la pasada noche trasladaron efectivo a las oficinas bancarias.

Pese a que la Comisión Europea ha subrayado que las restricciones a la retirada de efectivo (300 euros diarios) de Chipre no deben mantenerse "más tiempo del necesario", varios expertos consultados por Reuters apuntan a que estas medidas tendrán que extenderse semanas o incluso meses.

Restricciones temporales

Los bancos chipriotas han reabierto a las 11 hora española de este jueves tras casi dos semanas de corralito. Los empleados de todos los bancos habían regresado ya a primera hora de la mañana a sus puestos de trabajo, y hasta el momento de la apertura han estado instruyéndose sobre las restricciones que se han impuesto para un periodo inicial de una semana.

Entre las medidas adoptadas figura un límite de retirada diaria de 300 euros en los bancos, y de 5.000 euros para las empresas, a las que se permite esta cantidad para facilitar el pago de salarios. No se podrán cobrar cheques, aunque sí ingresarlos en la cuenta; el pago con tarjeta de crédito no estará limitado dentro del país. Para poder hacer fernte a las retiradas de efectivos, el Banco Central Europeo ha enviado en la madrugada 5.000 millones de euros en camiones blindados.

En el extranjero estarán prohibidos los pagos y las transferencias a través de tarjetas de crédito, de débito o de prepago superiores a los 5.000 euros mensuales. Asimismo queda prohibido sacar más de 3.000 euros del país, sea mediante transferencia bancaria o físicamente, aunque se permitirán ciertas excepciones. Quedan exentos de estas limitaciones todos los pagos de nóminas salariales.

En el documento que acompaña al decreto se precisa además que las restricciones se aplicarán a todas las cuentas, independientemente de la moneda en que se hayan abierto. El documento señala además que se prohíbe anticipar la cancelación de cuentas a plazo fijo antes de su vencimiento. El Gobierno y el Banco Central chipriotas quedan eximidos de todas las medidas.

Mucho de los clientes se preguntan cómo hacer frente al pago de su alquiler, muchos por encima de los 1.ooo euros, si solo puede sacar 300 euros al día. Ante las puertas de una sucursal del Banco Popular (Laiki), sometido a un proceso de liquidación, el ambiente era ordenado, con una mezcla de ánimo entre el enfado y la resignación.

Melpo, una empleada que acudió a depositar los cheques de su empresa, señalaba que no tenía otra alternativa que ingresarlos en ese banco, pues las medidas de restricción prohíben la apertura de nuevas cuentas.

Llamamiento a la calma

Por su parte, Yangos Dimitriu, gerente del Banco Central, hizo este miércoles un llamamiento a la calma y afirmó que no hay necesidad alguna de que "todos corramos a nuestros bancos". "Creo que no vamos a tener mayores problemas y que superaremos todo bien", dijo. Asimismo, el portavoz del Gobierno, Jrístos Stylianidis, aseguró que en el Banco Central de Chipre y en el Ministerio de Finanzas hay un equipo técnico que está trabajando por lograr la normalización de la situación.

Además, señaló que, siguiendo lo anunciado en su discurso televisado del lunes, el presidente se ha propuesto crear una comisión de investigación para depurar responsabilidades sobre la crisis. Esta comisión, dijo el portavoz, tendrá por objeto "depurar posibles responsabilidades penales, civiles y políticas de la crisis que ha azotado con dureza a Chipre".

Se creará también una comisión de expertos de distintos ministerios, del sector privado y del exterior, que han ofrecido su ayuda, para buscar fórmulas que permitan salvar los fondos de pensiones que hay en los bancos afectados por la reestructuración.

Por su parte, la Unión Europea prepara una norma sobre resolución de crisis bancarias, que incluye una propuesta polémica: que los grandes depositantes, los que tienen más de 100.000 euros, participen en los rescates de entidades y asuman pérdidas, como en Chipre. La norma entraría en vigor en 2018.

La Comisión Europea ha admitido que esta opción, su opción, está sobre la mesa. "No se excluye que los depósitos por encima de 100.000 euros sean instrumentos elegibles para quitas. No se excluye, es una posibilidad", ha dicho la portavoz de Servicios Financieros, Chantal Hughes. Aunque ha aclarado que en ningún caso se recurriría a las cuentas de menos de 100.000 euros.

Miedo al futuro

Los chipriotas han comenzado a preguntarse si la reestructuración de la banca y los depósitos permitirá sobrevivir a sus empresas. "100.000 euros puede ser una cantidad grande para una sola persona, pero para una empresa es normal tener 100.000, 200.000 o 300.000 euros en un banco, para poder gestionar su negocio", se quejaba Nikos Omiros, propietario de un pequeño supermercado.

El acuerdo firmado por el Gobierno chipriota y el Eurogrupo "destruirá" el sector financiero de Chipre y "hundirá al país en la recesión", consideró el Premio Nobel de Economía 2010, Christopher A. Pissaridis.

Pero las pérdidas de los depósitos también afecta a otras instituciones, como las educativas. La Universidad de Chipre tenía fondos de 20 millones de euros depositados en el Laiki y otros 10 millones en el Banco de Chipre para su funcionamiento y unas obras que se están haciendo.

"Tenemos miedo de que a nuestras familias no les quede dinero para nuestros estudios universitarios", aseguraba Marios, uno de los participantes en una de las manifestaciones contra la troika. Irini y Kristal, de 19 años, explicaron que, "por culpa de la troika y del Gobierno, que ha aceptado sus exigencias", temen por su futuro, ya que no saben si cuando terminen sus estudios podrán optar a un puesto de trabajo o si tendrán dinero después de las pérdidas de los depósitos

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