Los vascos las prefieren de fuera para ir al altar

Las bodas con extranjeras son el 10% en Vizcaya, el triple que en 1996. En el 80% de los casos, él es de aquí y ella latinoamericana. Hay fraudes por papeles.
Los vascos eligen cada vez más a extranjeras como esposa. Aunque las vascas también se empiezan a animar. Una de cada diez bodas celebradas en 2005 en Vizcaya, y Euskadi en general, tiene un contrayente foráneo.

Son estimaciones del Registro Civil de Bilbao, ya que los últimos datos contabilizados son de 2004, cuando el 9% de los 5.155 enlaces en Vizcaya fueron mixtos. Un fenómeno que se ha triplicado: en 1996 sólo eran el 3%.

Lo de casarse con inmigrantes gusta más a los hombres. En el 80% de las bodas mixtas él es de aquí y ella de fuera, según estiman en el Registro de Bilbao. Ellos las prefieren latinoamericanas: Colombianas, ecuatorianas y brasileñas, según el Instituto Nacional de Estadística. También países pequeños como República Dominicana encabezan la lista.

Claro que sobre estas bodas planea la sospecha del matrimonio de conveniencia. El enlace con un vasco da el permiso de residencia al extranjero y la nacionalidad tras dos años de matrimonio.

Por eso, antes del altar, la pareja está obligada a acudir al despacho del juez del Registro Civil. Él les interroga para descubrir si les une amor o interés. Pero raro es que se pare la boda. «¿Cómo saber si no hay amor?», bromea un trabajador del Registro, «si a veces ni siquiera el novio sabe que es interés».

FRAUDE. VIGILAR EL AMOR

A los dos años de matrimonio el extranjero recibe la nacionalidad. La Policía vigila que la pareja realmente conviva, pregunta a los vecinos... para comprobar que son un matrimonio de verdad.

DENEGACIONES. MUY POCAS

Sólo una ínfima parte de las bodas mixtas se detienen por ser de conveniencia. Es difícil demostrarlo, y además, el Registro Central, que es quien debe confirmarlo, está saturado y deja pasar todos los casos.

MESTIZAJE. EN EUSKADI, MENOS

Las bodas mixtas en Euskadi llegaron al 10,22% en 2005. Una cifra considerable, pero inferior a la media española, que está en el 14,17%. La inmigración en Euskadi es relativamente reciente.

«¿En qué calle conviven usted y su prometida? No sé, no me acuerdo»

La pareja debe superar un interrogatorio de 53 preguntas para que el juez averigüe si se aman o se interesan. Las cuestiones son secretas, pero muchos las compran en el mercado negro y se las preparan. El interrogatorio lo filtran abogados, funcionarios... No siempre lo logran.

¿Cómo se llama su cuñada?

«Se me ha olvidado», respondió una mujer latinoamericana. Y eso que la hermana de él estaba allí.

¿En qué calle conviven usted y su prometida?

«No sé, no me acuerdo», respondió el hombre, que era nigeriano. La mujer tampoco lo recordaba. «¿Y si de verdad no se acordaban?», duda un funcionario que conoce bien estas historias.

¿Cuál es el último regalo que recibió del novio?

Es la típica pregunta que siempre llevan preparada. Pendientes él, un libro ella.

Otras cuestiones

- ¿Conoce a los suegros?

- ¿Qué marca fuma él?

- ¿Su comida favorita?

- ¿Cómo se conocieron?

- ¿Dónde pidió su mano?

- ¿En qué trabaja ella? U. E.

Pues consultar todas la preguntas aquí

Cuando creen que ella les ama

«He visto a muchos jóvenes de aquí que se casan con una chica muy mona latinoamericana. Creen que ella les ama localmente, y en realidad, es por lo que es. Pobres...», cuenta con sonrisa experimentada un funcionario del Registro Civil que conoce los interrogatorios para evitar las bodas de conveniencia. Que el amor sea dudoso no significa que la boda sea ilegal. En realidad, el juez sólo echa atrás los casos más descarados, «como aquella anciana de 80 años que quería casarse con un chico rumano», recuerda el responsable. En todo caso, una boda denegada aquí ha de ser ratificada por el Registro Civil Central.

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