El presidente de la Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer), Alfonso Parga, ha pedido a las fuerzas del orden que tomen "las medidas oportunas" para evitar que se produzcan más sabotajes a empresas de camiones como el ocurrido en la madrugada del domingo en Ribadeo y también los registrados en Guitiriz y Sarria —aunque apunta que en este último caso pudo tratarse de un robo de gasolina—.

Parga, en declaraciones a Europa Press, atribuye estos hechos "a lo de siempre", por la situación de crisis que afronta el sector debido a "los bajos precios, la falta de trabajo", el "caro" precio del combustible y los retrasos en el cobro de servicios, e incluso ocasiones en que no se llega a cobrar.

"La gente intenta solucionar los problemas del transporte con estas cosas. Falta trabajo y aparecen desalmados", denuncia el responsable de la federación, que, según sus números, representa a entre el 60 y el 70% de la capacidad de las empresas de transporte en la comunidad.

También según sus cifras, y al cierre de 2010, el número de compañías de transporte de mercancías en Galicia se situaba en torno a las 7.500, "y han debido desaparecer un millar", por lo que en la actualidad son menos de 7.000. Hace dos años, el empleo en este sector rozaba las 30.000 personas y la facturación suponía, aproximadamente, un 5% del PIB gallego, resalta Alfonso Parga.

"Esto no se soluciona así. Es un problema de orden público y pedimos que intenten detener a esta gente", incide. En concreto, los daños de la firma afectada en Ribadeo ascienden, según sus cálculos, a unos 200.000 euros, "y nadie se los va a abonar", por lo que a su dueño le significará "un grave trastorno".

Situación "límite"

Parga espera que no se produzcan más sabotajes y, por el momento, no tiene constancia de más acciones de este tipo. Pero, ante una situación "límite", demanda el apoyo de la Administración, "hacer un análisis" del contexto y "si hay que agrupar empresas, agrupar".

En este sentido, aboga por hacer regulaciones de empleo "si hay que hacerlas" y no trabajar "a bajo precio" manteniendo las plantillas. A la Xunta le reclama estudiar el establecimiento de algún tipo de ayuda "a la agrupación", puesto que la Unión Europea no las autoriza de manera individualizada. Finalmente, lamenta que no se les está "teniendo en cuenta por los políticos de turno".