2 años y nueve meses de prisión por secuestrar a su expareja cuando tenía una orden de alejamiento

La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a dos años y nueve meses de cárcel a J.A.S.C., acusado de secuestrar a su expareja y amenazarla cuando tenía una orden de alejamiento, además de acosarle llamándole al teléfono móvil hasta en 2.133 ocasiones una vez finalizó la detención ilegal.

La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a dos años y nueve meses de cárcel a J.A.S.C., acusado de secuestrar a su expareja y amenazarla cuando tenía una orden de alejamiento, además de acosarle llamándole al teléfono móvil hasta en 2.133 ocasiones una vez finalizó la detención ilegal.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, llega después de que el acusado reconociera los hechos y el fiscal rebajara la petición de pena de ocho años a los dos años y nueve meses a los que al final ha sido condenado.

El Ministerio Público pedía para el procesado una pena de seis años por detención ilegal y de dos años por amenazas, que ha rebajado a dos años por un delito de detención ilegal y nueve meses por un delito de amenazas, una vez que J.A.S.C. ha aceptado lo ocurrido.

Hechos probados

La sentencia da por porbado que en junio de 2010 el acusado llamó a su expareja, E.M.G., y quedó con ella con el pretexto de devolverle algunas pertenencias, a lo que ella accedió.

Al finalizar el encuentro, el acusado pidió a su excompañera que le llevara en su vehículo al lugar donde residía, y al llegar le quitó las llaves del vehículo y la metió en su casa cogiéndola del pelo y atándola de pies y manos, a la vez que le colocaba un cinturón en el cuello.

En esa situación, instó a la víctima a llamar a su hijo y a una amiga para decirles que se encontraba bien mientras le colocaba un cuchillo de 20 centímetros de hoja en el cuello, para después colocarla en el maletero del vehículo y trasladarla a un descampado, situado en la localidad toledana de Poyales de Hoyos.

Una vez allí, pasaron la noche y gran parte del día siguiente, tras lo que el acusado, según el escrito de acusaciones, la volvió a introducir en el maletero del coche y se dirigió hasta la localidad vecina de Oropesa, donde la sacó para sentarla en el asiento del copiloto, momento en el que la víctima pudo huir.

Cuatro días después, y durante un mes, el acusado llamó por teléfono a la víctima un total de 2.133 veces, y en algunas de esas comunicaciones le llegó a decir que le iba a matar.

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