Peritos dicen que el acusado del crimen de los mellizos tiene capacidad intelectual baja pero distingue entre bien y mal

Una cuidadora declara que advirtió a la madre del peligro que corrían los niños, que "tenían miedo" al autor confeso

Psicólogos y forenses han declarado que el autor confeso de la muerte de unos mellizos asesinados a golpes en A Coruña en agosto de 2011 tiene una capacidad intelectual "limitada" y descartan que el acusado padeciese "alteraciones psiquiátricas" cuando se produjeron los hechos, aunque reconocen que sufre "rasgos" de trastorno de personalidad y que es "emocionalmente débil".

En la tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial, psicólogos y forenses que realizaron informes durante la instrucción del caso han coincidido en asegurar que el acusado, Javier E.F., no sufría alteraciones "que anulasen o limitasen su capacidades" sino que, según han señalado, el autor confeso de los hechos tenía ciertos "rasgos" de trastorno de personalidad y de depresión, según ha insistido una de las forenses.

"La diferencia entre el bien y el mal sí que la conoce", ha respondido la psicóloga que atendió al acusado tras lo sucedido, al ser pregunta sobre la posible relación entre la capacidad intelectual del acusado y los hechos acontecidos en agosto de 2011 que acabaron con la vida de los dos hermanos de 10 años.

Sobre la madre, otra especialista ha dicho que sufre un "trastorno mixto de la personalidad" y ha destacado la "distancia afectiva" que mostró al relatar los hechos y que "no manifestó" sentimiento de pérdida después del fallecimiento de sus hijos, aunque, a preguntas de la defensa, reconoció que las reacciones varían según cada persona.

Advertencias a la madre

En la sesión de este jueves también ha declarado una psicóloga del Sergas que en varias ocasiones se reunió con los acusados y que, según ha dicho, advirtió a la madre de que no dejase a los niños con Javier porque tenía una "conducta inestable" y "no estaba capacitado" para su cuidado.

Según ha relatado el especialista en salud mental infantil, en uno de esos encuentros, el procesado entró en la consulta a gritos y "diciendo que los niños eran unos salvajes, estaban locos y tenían que medicarlos", ha comentado a preguntas de la Fiscalía.

Por otra parte, una cuidadora de los pequeños ha declarado que los niños "tenían miedo" a Javier porque les pegaba, según lo que le decían los pequeños. "Él no se llevaba bien con los niños", ha afirmado, antes de indicar que, ante esta situación, advirtió a la madre del peligro que corrían los niños y de que "podían acabar muertos".

"Le comenté lo que pasaba y ella me dijo que me metiese en mis asuntos", ha relatado la cuidadora que también ha señalado que el autor confeso pegaba a los pequeños "sin motivo" y que la madre conocía el comportamiento de su entonces pareja.

"violencia descontrolada"

Asimismo, los policías que inspeccionaron el lugar del crimen han tratado de describir el escenario que se encontraron en la casa. Así, según han relatado, se notaba que se había producido "una violencia poco frecuente" y "descontrolada" por los restos de sangres y tejido humano que se encontraron por las distintas habitaciones. "Era impresionante", ha dicho uno de los agentes.

Mientras, los forenses que realizaron la autopsia al cuerpo de los pequeños han dicho que los golpes "más graves" los recibieron en la cabeza, donde los pequeños presentaban "varias fracturas" que les produjeron hemorragias cerebrales.

El juicio, que continuará el próximo martes 12 de marzo, juzga al autor confeso del crimen que se enfrenta a penas que suman 50 años de prisión por dos delitos de asesinato y otro de malos tratos psíquicos y físicos a los menores. Mientras, para la madre de los dos menores, se piden penas de 11 años por un delito de maltrato y por omisión de su deber de garantizar la seguridad de los menores.

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