La celebración comenzó con una misa en la Catedral del principado oficiada por el arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi, a la que asistió el soberano, ceremonia en la que la Orquesta Filarmónica de Monte-Carlo y dos coros, dirigidos por Pierre Debat, interpretaron música religiosa.

La fiesta continuaba esta tarde con una gala en la sala Garnier donde se representa la ópera de Giacomo Puccini "La Rondine", mientras que para los ciudadanos en general está programada una gala de variedades organizada por el Ayuntamiento de la ciudad-Estado.

Estoy muy satisfecho de todo lo que he hecho de Mónaco

Los actos conmemorativos comenzaron el domingo pasado, con sesiones de cine, entre otras diversiones y actividades. Anoche, unos espectaculares fuegos artificiales alumbraron el cielo del puerto de Mónaco -famoso por los suntuosos yates atracados- con fondo de música clásica.

Todos estos actos han servido para rememorar el primer aniversario de la entronización de Alberto II, aunque de hecho se produjo el 12 de julio de 2005, ante los monegascos.

El único hijo varón del anterior soberano, Rainiero de Mónaco, ha dicho estos últimos días que está "muy satisfecho" de todo lo que ha hecho en el Principado, cuya regencia había asumido el 31 de marzo de 2005, cuando su padre estaba moribundo.

Alberto ha insistido en que su prioridad es reforzar el desarrollo económico de Mónaco, para lo cual quiere aumentar la oferta bancaria y financiera y ampliar el territorio de este micro-Estado de apenas 200 hectáreas, 32.000 residentes (sólo 7.000 de nacionalidad monegasca) y 36.000 extranjeros que acuden cada día a trabajar.