Los árboles de Barcelona están poblados de hojas a pesar de que por la estación del año en que nos encontramos tendrían que estar pelados.

Según los expertos consultados por 20 minutos, este extraño otoño sin hojas en el suelo es como consecuencia de que el calor todavía no nos acaba de abandonar.

El área de Parques y Jardines del ayuntamiento de Barcelona afirma que la caída de las hojas de los árboles "sigue un proceso químico que se activa cuando llega el frío" y, como todavía no han bajado suficiente las temperaturas, la hoja no cae.

Independientemente de esto, en árboles como

Días con menos luz

El departamento de conservación del Jardín Botánico de Barcelona considera que hay que diferenciar entre árboles caducifolios , como el platanero, y los semicaducifolios, como la zarza.

Mientras que a los primeros el calor les puede retrasar la caída de la hoja, los semicaducifolios puede mantener las hojas si las condiciones son óptimas.

Sensores

Los árboles tienen una serie de sensores que hacen que caiga o no la hoja.

Uno de ellos es el frío y otro la duración de los días. Cuanto más cortos son, más cae la hoja. A pesar de el calor, a la larga esta hoja acabará cayendo pronto.

Víctimas del estrés hídrico

Si el calor provoca que los árboles cambien de hoja más tarde, ¿cómo puede ser que el año pasado a los plataneros se les comenzara a caer la hoja en agosto? tal y como detectó el año pasado el lector de 20 minutos Yoan Valls.

Según el departamento de conservación del Jardín Botánico, los árboles tienen otro sensor que se activa cuando hay una falta de agua. Según este departamento, el "estrés hídrico" que sufren árboles como el platanero en este tipo de situación provoca que el árbol reaccione dejando caer las hojas.

Mosquitos en Valencia

Las brigadas municipales antiplagas libran desde ayer una dura batalla contra un foco de mosquitos que ha aparecido en la pedanía del Saler, Valencia, (entre el camping y la oficina de tráfico).

Para evitar que esta situación desemboque en un problema grave, se desplazaron a la zona dos equipos de tratamiento, el equipo de mosquitos habitual y uno de refuerzo. La densidad de larvas era de unas cuatro por metro cuadrado.

Los trabajos se repetirán en los próximos días y la fumigación se hará "con insecticidas respetuosos con el medio ambiente", explicó el edil.

Los servicios municipales han mandado muestras a la Universitat para que confirme que se trata de la especie cules modestus, que pica, pero no es peligrosa.