Acusado de intentar matar a un compañero de centro oía voces que le decían "hiérelo" y "suicídate"

El hombre acusado de un delito de asesinato en grado de tentativa por intentar asesinar con un cuchillo de cocina a otro hombre con el que convivía en el centro Remar de la localidad toledana de Orgaz en septiembre de 2011, ha dicho en el juicio que oía voces que le decían "hiérelo" y "suicídate".
Juicio en Toledo
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EUROPA PRESS
Juicio en Toledo

El hombre acusado de un delito de asesinato en grado de tentativa por intentar asesinar con un cuchillo de cocina a otro hombre con el que convivía en el centro Remar de la localidad toledana de Orgaz en septiembre de 2011, ha dicho en el juicio que oía voces que le decían "hiérelo" y "suicídate".

Durante la sesión del juicio oral que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo, el acusado ha declarado que no recuerda bien lo que ocurrió ni haber cogido el cuchillo con el que se produjo la supuesta agresión. "Sé que pasó algo, pero no sé qué fue", ha manifestado.

El procesado ha argumentado que no recuerda nada porque estaba "muy mal de la cabeza", y ha añadido que sufre esquizofrenia que le fue diagnosticada en 1985 y para la que le habían recetado medicación, aunque cuando llegó a Remar dejó de tomarla porque en el centro no se la facilitaban.

Por tanto, el acusado —que lleva un año y nueves meses en prisión provisional— ha relatado que llevaba un mes sin tomar la medicación y sin dormir porque no le dejaban las "voces de su cabeza".

El procesado ha dicho que mantenía "una buena relación" con agredido, con el que trabajaba en la cocina del centro y en labores de reciclaje. Ahora, asegura, se está medicando para tratar la enfermedad que padece y que no ha tenido ningún problema en la cárcel con ninguna persona.

Roces de la vida diaria

Por su parte, la víctima —que ha reconocido al acusado y ha dicho que fue quien le intentó matar— ha declarado en el juicio que no tenía una mala relación con el acusado, aunque sí que ha reconocido que tuvieron varios roces que ha achacado a la convivencia diaria en el centro.

Según ha indicado, el día que se produjeron los hechos estaba dormido y no se pudo defender de la agresión. "No me desperté hasta que sentí los pinchazos", ha manifestado, para añadir que el acusado le gritó que le iba a matar en repetidas ocasiones cuando se estaba produciendo la agresión.

Por último, la víctima ha achacado los supuestos actos cometidos por parte del procesado a que le habían quitado la medicación y ha dicho que cree que estaba enfermo. "Es el único motivo que se me ocurre", ha agregado.

Estaba tranquilo

Durante el juicio también han declarado dos guardias civiles que participaron en la detención del procesado y que han declarado que estaba tranquilo y que les confesó que había intentado acabar con la vida de la víctima.

También han declarado los médicos forenses que reconocieron al acusado y que han indicado que en el momento de los hechos estaba en una fase residencial de su esquizofrenia para la que requería todavía medicación.

Pese a ello, han dicho que era capaz de discernir lo que estaba bien de los que estaba mal y que, aunque la falta de medicación puede hacer que en este tipo de pacientes se produzca alucinaciones o delirios y puede causar falta de control, en este caso concreto no ocurrió.

En la vista oral también han testificado los forenses que examinaron a la víctima y que contabilizaron hasta cuatro heridas punzantes, una de las cuales estaba localizada en el abdomen y que de no haber sido tratada podía haber causado la muerte de esta persona.

Conclusiones definitivas

A tenor de la pruebas practicadas durante el juicio, el representante del Ministerio Fiscal ha elevado sus conclusiones a definitivas manteniendo la pena de 11 años de cárcel para el acusado, al sostener que ha quedado demostrada la alevosía de los hechos y que se trata de una tentativa inacabada de asesinato.

Del mismo modo ha afirmado que no concurre ninguna circunstancia eximente en los hechos juzgados porque para la fiscalía el procesado sabía "perfectamente" lo que estaba haciendo porque aunque en el pasado sufrió brotes de esquizofrenia, en el momento del suceso no sufría este trastorno.

Por último, el abogado de la defensa ha solicitado al Tribunal la libre absolución y ha sostenido que su patrocinado es "ininputable" al padecer una esquizofrenia y tener sus facultades mentales afectadas cuando se produjeron los hechos.

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