La Guardia Civil señala la dificultad para acceder al punto del pinar donde se halló el bebé muerto en Segovia

Fiscal y defensa tratan de determinar la visibilidad de los lugares donde se localizaron los restos del parto y el cadáver

Los agentes de la Guardia Civil de Segovia que se trasladaron al lugar donde en noviembre de 2011 fue hallado el cadáver del bebé abandonado por su madre, una joven polaca de 28 años entonces, han confirmado la dificultad para acceder hasta el punto donde permanecía el cuerpo, en una zona de pinar a unos 400 metros de la carretera que une las localidades de Chatún y Mudrián.

Así lo han subrayado durante la vista oral celebrada este martes en la Audiencia Provincial de Segovia, donde comenzó ayer el juicio contra Magdalena K. C, quien tras ocultar su embarazo dio a luz sola en un pinar de Mudrián y abandonó después al bebé en un paraje de la localidad vecina de Chatún. El neonato murió asfixiado al tragar el líquido amniótico.

La acusada, en prisión desde que confesó los hechos unos días después de dar a luz, aseguró que abandonó al niño en estado de 'shock' y con la intención de que alguien lo encontrara al amanecer en el pinar, muy frecuentado por los vecinos para recoger setas.

Sin embargo, las declaraciones de los agentes que intervinieron en el caso han dejado constancia de que la zona en que se hallaba el pequeño es de acceso complicado por la frondosidad del entorno. "Es fácil perderse en él", ha aseverado uno de ellos. "No se podría ver desde la carretera de ninguna manera", ha agregado otra agente.

En total, han sido seis los agentes de la Guardia Civil los que han pasado por los juzgados. Las preguntas tanto del Ministerio Fiscal como del abogado defensor se han centrado en determinar la visibilidad de los puntos concretos en que fueron hallados tanto los restos del parto —placenta y cordón umbilical, junto con unas tijeras, ropajes y unas compresas—, como el cuerpo de bebé, que según los testigos fue hallado con parte de su rostro y el pecho desprendidos.

La placenta, según ha indicado, se encontraba envuelta en una camiseta a unos 300 ó 400 metros de Viveros La Segoviana de Mudrián, la empresa donde había acudido a trabajar la acusada, y a unos 200 metros de la vía más próxima.

El cuerpo del neonato permanecía a los pies de un árbol, sobre una camiseta y un poncho grande de lana, lo que contrasta con la versión de la mujer polaca, quien aseguró haber tapado al niño con los ropajes para evitar el frió.

Los agentes han declarado asimismo que, al conocer los hechos y entrevistar a la ahora detenida, ésta negó ser responsable. De hecho, insistió en el relato, que ya había dado a conocer en su círculo laboral, amistoso y sentimental, de su imposibilidad de tener descendencia por el cáncer de útero que sufría.

La vista oral será retomada este miércoles a partir de las 10.00 horas. Quedan pendientes las declaraciones de los peritos así como de los médicos forenses.

La joven será juzgada por un jurado popular, compuesto por siete hombres y dos mujeres. La Fiscalía pide para ella una pena de 18 años de cárcel y una indemnización a su exmarido de 150.000 euros por perjuicios morales. El Misterio Fiscal considera a la acusada culpable de asesinato, pues ocultó su embarazo de forma "premeditada" y con la intención de "deshacerse del bebé".

Por su parte, el abogado de la acusada, quien ha reconocido que el suceso fue "terrible" y admite de forma subsidiaria delito de homicidio, ha solicitado al jurado que intente conocer a la persona y entender los motivos que le llevaron a cometer tales hechos. En su defensa alega trastorno mental transitorio, miedo insuperable y estado de necesidad.

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