María Dolores Ramírez, vecina de Las Palmas de Gran Canaria, pide saber qué pasó con el hijo que le dijeron falleció un día después de nacer con todas las pruebas y análisis correctos el 29 de noviembre de 1978, según informa Coperiodistas, un proyecto online de coworking para periodistas, y recoge Europa Press.

La mujer cuenta que con 17 años ingresó en el Hospital Insular de Gran Canaria para tener a su bebé y que la encerraron sola en una habitación, donde tuvo a su hijo y lo escuchó llorar.

Asegura que las enfermeras le retiraron al niño y que hacían guardia "día y noche" delante de la habitación para que no saliera, impidiéndole ver al recién nacido.

Al día siguiente, un cura entró al cuarto y le dijo a su pareja y su familia que habían tenido que bautizar al bebé porque le quedaban pocas horas de vida, mientras que pese a que insistieron en ver al niño, ni las enfermeras ni los pediatras se lo permitieron.

"Finalmente mi marido y yo forcejeamos con ellas y pudimos bajar a planta a ver a nuestro hijo. Yo no soy médico pero yo pude ver como el niño respiraba y se movía con toda normalidad", dijo a la plataforma online.

Sacados de la sala a empujones

Tras ser sacados de la sala a empujones, a las pocas horas les confirmaron la muerte del niño y no pudieron ver el cuerpo al decirles los médicos que lo estaban preparando para el sepelio. Al salir del hospital, la pareja fue al cementerio, donde se enterró la caja del pequeño en una fosa común junto a más ataúdes de niños.

María Dolores empezó a sospechar que su hijo podría haber sido un niño robado al conocer el caso por televisión, por lo que ha ido al hospital y a los juzgados sin encontrar una respuesta.

Por su parte, en el Registro Civil certificaron que la muerte de su hijo no consta y tampoco aparece el informe que hace el pediatra de los recién nacidos.

"La policía no lo ha encontrado y ahora estamos a la espera de que la Fiscalía siga adelante con mi caso y con los de cientos de padres españoles que estamos en la misma situación", concluyó.