El exsubdirector general de Seguridad Marítima y Contaminación de la Dirección General de la Marina Mercante, Manuel Nogueira Romero, ha rechazado que el capitán del 'Prestige', Apostolos Mangouras, hubiese agravado la dimensión del accidente por las casi tres horas que se retrasó el remolque, en la tarde del 13 de noviembre de 2002, hasta que recibió la autorización del armador.

Mientras, ha defendido el alejamiento del buque por entender que "el riesgo de llevarlo a un puerto refugio era superior a alejarlo". También ha reconocido que "la fijación" de las autoridades españolas era que no fuese a la costa "porque si no el daño sería descomunal".

"Si embarranca los únicos que pueden sacar algo son los de Camariñas", ha dicho al defender —preguntado por el letrado de 'Arco Iris' que hubiese pasado si encallase en una costa como la de Muxía y Camariñas—, que el fuel se hubiese expandido y en alusión al saqueo registrado por algunas embarcaciones en la costa de este municipio coruñés.

"No se hizo nada negligentemente ni el capitán, ni el director —en alusión al exresponsable de Marina Mercante, José Luis López Sors— ni el jefe de máquinas, ni nadie", ha sentenciado también este exalto cargo, para quien sí hubo "maniobras dilatorias" desde el buque en las primeras horas del accidente.

ALEJAMIENTO

Nogueira Romero que llegó el 14 de noviembre por la noche a la ciudad de A Coruña y que la abandonó el 19 de noviembre —cuando se hundió el barco— estuvo presente en algunas de las reuniones en las que se acordó el alejamiento.

Sobre estas reuniones, ha admitido que se descartó la posibilidad de refugiar el barco en el Puerto de A Coruña, por el "riesgo" que conllevaría, o en la Ría de Vigo, "porque no habría ni un milímetro que no estuviese lleno de porquería", en referencia al fuel que vertía el 'Prestige'.

Por ello, ha confirmado que se acordó, que cuando estuviese con remolque, sacarlo fuera y que el 15 de noviembre se decidió no autorizar la entrada del buque "en ningún puerto", pero ha rechazado que fuese para alejarlo hasta que se hundiera.

Respecto a esta cuestión, ha dicho también que tuvo conocimiento de que el barco iba "a romper" por lo que manifestaron los responsables de la empresa salvadora, Smit Salvage y el inspector marítimo Serafín Díaz.

Por otra parte, el exsubdirector general de Seguridad Marítima ha justificado la decisión de alejarlo 120 millas de la costa y ha dicho que se consideraron que era una distancia "razonable" para proceder al rescate de los tres tripulantes del barco —el capitán, el jefe de máquinas y el primer oficial— en caso necesario.

Actuación del capitán

Sobre la actuación del capitán, ha manifestado que "náuticamente" corregir la escora del barco con el lastrado de los tanques con agua era "la única posibilidad", aunque estructuralmente una "barbaridad" porque dañó "muchísimo" el buque.

Por el contrario, ha lamentado que no hubo, por parte de este, "proactividad" ni "colaboración" cuando se le ordenó que permitiese el remolque. "Ya puede decir el armador misa, el capitán tenía que tomar remolque", ha sentenciado en referencia a la normativa existente a este respecto en el ámbito marítimo.

No obstante, no ha considerado que agravase, con esa decisión, la dimensión del accidente. "No diría eso", ha apostillado Nogueira, para quien sin embargo, a un buque a la deriva "no le hacía bien" que el mar "lo gobernase". "El tomó la decisión y el sabrá por qué lo hizo", ha recalcado.

Por otra parte, ha delegado en la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo (Sasemar) las decisiones sobre la lucha contra la contaminación, aunque ha manifestado que la intención era luchar con lo que "tenía" la Administración española. "Barreras y remolcadores", ha resumido este exalto cargo, quien también ha negado que el rumbo que fijaron condicionase el aumento del vertido.