El objetivo no es otro que aliviar la carga de trabajo de los facultativos para mejorar la atención al enfermo.

Para ello, los pacientes con dolencias crónicas ya pueden recibir de una sola vez las recetas para los fármacos que necesitan durante tres meses, espaciando así sus visitas, una medida que el Sergas aprobó el pasado 24 de abril, pero que empieza a implantarse.

Más de 143.000 crónicos

Su aplicación completa permitirá reducir las visitas habituales de unos 143.000 coruñeses, ya que el 58% de los ciudadanos tienen diagnosticada una enfermedad crónica, según los últimos datos del Sergas. Hipertensión, colesterol, depresión y alergia son las principales dolencias crónicas y todas ellas exigen tratamientos de larga duración.

Esto explica que el 1,2% de los coruñeses acudan todos los días a su ambulatorio. Pero aún hay otro 1,6% que va al médico dos o tres veces por semana; un 9% lo hace cada siete días, y el 14,8% de los ciudadanos visitan a su facultativo regularmente cada dos semanas. Es decir, uno de cada cuatro coruñeses (66.000 ciudadanos) pasa por el centro de salud de manera habitual.

Precaución

Con la expedición de recetas anticipadas, la mayoría de estos pacientes ya no tienen necesidad de desplazarse con tanta frecuencia. Sin embargo, esto no significa  que tengan en su casa toda la medicación.

Cada receta lleva la fecha en la que la farmacia le puede servir la medicación.

Huelga en atención primaria

Este viernes está convocada una huelga en atención primaria para denunciar el deterioro de este servicio. En principio, el paro no causará  problemas en los centros de salud gallegos, ya que la mayoría de los sindicatos no lo apoyan y la Plataforma 10 Minutos se desmarcó de esta protesta. En otras comunidades, como Andalucía, Valencia y Madrid, sí se prevé un seguimiento mayoritario.

Testimonio

C. González Pensionista

«Me facilita un poco más la vida»

Muy contenta. Así se muestra Carmen González González, una gallega de 83 años que padece desde hace años una enfermedad respiratoria crónica. Carmen tenía que acudir casi todas las semanas a su centro de salud, y la mayor parte de las veces tan sólo por recetas, pues sufre un problema coronario y de hipertensión, además de los achaques habituales de la edad. Pero, desde hace un par de semanas, ella ya hace uso de las recetas espaciadas. «Esto me facilita un poco más la vida. Yo ya no estoy para moverme demasiado y tener que subir todas las semanas hasta el centro de salud se me hacía muy cansado. Además, a veces tengo que esperar horas simplemente para unas recetas. Así sólo iré cuando sea absolutamente necesario, y, por supuesto, para verdaderas consultas», asegura esta pensionista.