Muere Pieter Botha, símbolo del 'apartheid'

  • Olvidado el rencor histórico, todos expresan su pesar por la muerte de Botha.
  • Falleció a su casa, a los 90 años.
  • Fue primer ministro de Sudáfrica entre 1978 y 1984, y Jefe de Estado hasta 1988.
El ex presidente sudafricano P.W. Botha junto a Nelson Mandela, en noviembre de 1995. (AP Photo)
El ex presidente sudafricano P.W. Botha junto a Nelson Mandela, en noviembre de 1995. (AP Photo)
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El ex presidente sudafricano P.W. Botha junto a Nelson Mandela, en noviembre de 1995. (AP Photo)

El ex presidente sudafricano Nelson Mandela se unió ayer a quienes han superado los rencores históricos para expresar su pesar por la muerte, la noche del día 1, del ex gobernante Pieter Willem Botha, uno de los símbolos del apartheid.

El ex presidente, más conocido como PW Botha, falleció en su residencia de Wilderness, en el sur del país, a los 90 años, acompañado de su segunda esposa, Beatriz, con quien se casó hace ocho.

"Me acababa de decir que estaba un poco cansado, y se fue a la habitación para irse a dormir temprano", dijo la viuda.

Me acababa de decir que estaba un poco cansado, y se fue a la habitación para irse a dormir temprano

Botha, agregó la viuda, expiró sin señales de sufrimiento, asido del brazo de su mujer.

PW Botha fue primer ministro de Sudáfrica entre 1978 y 1984, y a partir de este año jefe de Estado hasta 1989, cuando fue reemplazado por Frederik Willem de Klerk, el último presidente blanco que ha tenido hasta ahora este país, de mayoría negra.

A Botha le tocó gobernar con el esquema legal que fijaba el régimen segregacionista, y al final de su gestión intentó hacer una serie de reformas políticas para modificarlo, en medio de una de las etapas más sangrientas de la historia de Sudáfrica.

Al conocer su fallecimiento, los líderes políticos sudafricanos respondieron sin rencor a un hombre al que se le achaca no haber reconocido los errores durante su gestión y no haber mostrado arrepentimiento por la represión de la que fue último responsable.

Mandela, el artífice de la etapa histórica de Sudáfrica que comenzó a forjarse al final del mandato de Botha, afirmó que su fallecimiento debe servir como recuerdo de un pasado plagado de "horribles divisiones".

"Mientras para muchos Botha será recordado como un símbolo del apartheid, también le recordamos por los pasos que dio para preparar el camino hacia el eventual pacto que fue negociado pacíficamente en nuestro país", afirmó Mandela.

Correspondencia con un Mandela encarcelado

El ex presidente Mandela, primer gobernante negro que tuvo Sudáfrica, se carteó con Botha desde la cárcel, en una correspondencia que fue clave para sentar las bases de la reconciliación posterior, que suscribió Mandela con FW de Klerk.

El actual mandatario, Thabo Mbeki, que sucedió a Mandela en 1998, expresó su pesar por la muerte de Botha "en nombre del Gobierno y del pueblo de Sudáfrica", y dijo que "le tocó gobernar en un tiempo difícil" en la historia del país.

Mientras para muchos Botha será recordado como un símbolo del apartheid, también le recordamos por los pasos que dio para preparar el camino hacia el pacto negociado pacíficamente

"A favor de él debe reconocerse que, cuando se dio cuenta de la inutilidad de la lucha contra lo correcto e inevitable, él, a su manera, comprendió que los sudafricanos no tenían otra alternativa que estrecharse de la mano", afirmó Mbeki.

El partido de Mandela y de Mbeki, el Congreso Nacional Africano (ANC), que luchó con las armas contra el régimen segregacionista, expresó también su pesar, en un comunicado de cuatro líneas en el que pide a la familia "fuerza y paz" para superar la tragedia.

De Klerk, que sucedió a Botha en 1989 en medio de una crisis interna dentro del grupo gobernante, el Partido Nacional, ensalzó al ex presidente fallecido por permitir las actividades sindicales y favorecer la revocación de un centenar de leyes discriminatorias.

"Buscó sin éxito la forma de involucrar a los negros sudafricanos en el Gobierno", agregó De Klerk, cuyos esfuerzos para terminar con el apartheid fueron recompensados en 1993 con el Premio Nobel de la Paz, que compartió con Mandela.

De Klerk reconoció hoy de Botha "su enorme contribución para preparar el camino hacia la nueva Sudáfrica", pero también aludió a los encontronazos políticos que tuvo con él, que siempre fue una persona de trato difícil.

"Nunca me gustó su estilo autoritario", agregó De Klerk.

Según la familia, PW Botha será enterrado el próximo 8 de noviembre, en un cementerio próximo al lugar donde murió, sin honores de jefe de Estado, según su viuda.

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