Vila, de 34 años, no sabe si consiguieron contactar con Abás pero considera que una vez lograda la atención de los medios se sintieron satisfechos.
También cree que la intervención del ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, le ayudó a ser liberado.
Los secuestradores, en un principio, le llevaron a un olivar, en la zona de la ciudad de Deir al Balah (centro de la franja de Gaza) donde permaneció durante dos horas, y después entraron en una casa adyacente.
Pudo haberse escapado
Vila afirma que en varios momentos podría haberse escapado, en particular durante las últimas horas en las que estaba vigilado únicamente por Mohamed, un joven tímido de 21 años que no iba armado.
En la habitación había también dos niños que parecía habían entrado en la vivienda por casualidad.
Y explica que no hizo ningún intento de fugarse, entre otras cosas, porque "tenían mi pasaporte y mi teléfono con todos los números que he acumulado durante dos años aquí" y "su pérdida supondría una serio trastorno para mi trabajo".
Un indicio de que el secuestro no se iba a prolongar es que "tan sólo uno de los secuestradores (de los cuatro que le obligaron a salir del coche en el que viajaba cuando comenzó su cautiverio) estaba encapuchado".
Afirma que nunca estuvo nervioso y que en todo momento "me sentía confiado en que se iba a solucionar rápido. Además, ya hemos pasado por otro tipo de situaciones de este calibre".
Tranquilo en todo momento
"Fue una situación mucho mas anecdótica para mi que para los que lo vieron desde fuera. Yo me encontraba la mayor parte del tiempo tranquilo en una habitación", dice.
En sus conversaciones con sus secuestradores, en particular con Mohamed, con el que se comunicaba con un poco de inglés y de árabe, le decían que "el secuestro no tenía nada que ver con España, que España es un país que consideran amigo".
Vila explica que por el diálogo deduce que los secuestradores son milicianos vinculados al movimiento nacionalista Al Fatah -y opuestos al Gobierno de Hamás y al boicot económico que ha seguido a la entrada en el poder de ese movimiento islámico- que buscan trabajo.
"Daban la impresión de estar bien organizados. Primero me llevaron en un taxi, luego me cambiaron a otro coche donde me esperaba otro grupo", explica.
Chocaron con la policía
Al principio del trayecto, mientras daban vueltas por Deir Al Balah en busca del escondite, chocaron con un coche de la policía palestina.
"Iban tan rápido y estaban tan nerviosos que le dieron por detrás a un coche de la policía. Cuando un policía salió para mirar sus parachoques, uno de ellos salió y el resto pusieron las armas en el suelo", afirma.
El policía que conocía a uno de los milicianos se fue sin llegar a mirar dentro del vehículo y Vila no quiso decirle nada porque "había demasiadas armas y el ambiente era tenso".
Todo terminó cuando, a las 22.30 hora local (20.30 GMT) le despertaron y le entregaron a las fuerzas de Seguridad Preventiva en Deir Al Balah.
De ahí fue trasladado a la sede de esa fuerza en la ciudad de Gaza y finalmente al hotel Beach, donde le esperaba el cónsul general de España en Jerusalén.
"Todo el personal del consulado me trató muy bien", dice Vila, que está convencido de que los motivos del secuestro "son consecuencia única de la situación en la que Israel mantiene a Gaza".
"Me da pena que haya pasado esto, pero más por ellos, porque al final tiene más impacto un extranjero retenido durante unas horas que la situación de cualquiera de sus familias que sufren diariamente ataques, muertes, arrestos, y el bloqueo", dice.
"Tampoco los quiero excusar, no es la forma de proceder, pero entiendo las causas", agrega.
"Los que estamos en Palestina tenemos una misión muy clara de contribuir a atenuar efectos de la ocupación israelí y las violaciones de los derechos humanos. Ellos también lo ven así, pero nos tienen a mano, es una manera fácil de llamar la atención", apunta.
Entretanto, Vila continuará casi como si hubiera pasado nada. "Ha sido muy circunstancial -asegura- tengo que seguir con mi trabajo".
El Gobierno no ha pagado por su liberación
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, aseguró hoy que el Gobierno no ha pagado "nada en absoluto" por la rápida resolución de los secuestros de dos españoles en Gaza.
"No se ha pagado nada en absoluto; eso no entra en lo que es el esfuerzo diplomático para ayudar a nuestros ciudadanos", aseguró Moratinos al ser preguntado por la rapidez con que fueron liberados el cooperante Roberto Vila y el fotógrafo Emilio Morenatti tras ser secuestrados mientras trabajaban en la zona de la franja de Gaza.
El ministro también se mostró convencido de que el fotógrafo y el cooperante no fueron secuestrados por ser españoles, sino porque "son occidentales y en ese mundo utilizan al occidental como elemento de presión".
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