Políticos italianos pidieron el envió del Ejercito a la provincia sureña de Nápoles como medida excepcional para luchar contra la criminalidad, fuente, en los últimos días, de una oleada de violencia que tiene consternada a la población.
Según explicó el presidente de la comisión de Defensa en el Senado, Sergio De Gregorio, se trataría de un despliegue provisional que permitiría a carabineros y policía dedicarse a fondo a combatir la delincuencia y el crimen organizado.
El senador Nello Formisano, miembro del partido 'Italia de los valores', que forma parte de la coalición gubernamental, respondió a quienes se oponen a la medida por temor a que podría perjudicar la imagen de la ciudad que "el dañó será incalculable si no se logra derrotar a la criminalidad y dar seguridad a los ciudadanos".
En Nápoles se está viviendo "una matanza que está ensangrentando las calles", dijo.
El ex ministro de Reformas y miembro de la separatista Liga Norte, Roberto Calderoli, opinó, por su parte, que "el ejercito es más útil en Nápoles que en Irak o Afganistán".
Mafia napolitana
En los últimos días, la Camorra (mafia napolitana) y otros delincuentes han cometido diversos y sangrientos crímenes en la provincia, entre robos y asesinatos, que han hecho saltar la alarma entre la población.
El pasado martes, unos delincuentes atracaron una furgoneta de la compañía Alitalia que transportaba a pilotos y auxiliares de vuelo para robarles sus objetos personales.
En otro incidente, el jueves, un atracador resultó muerto y su cómplice de 16 años gravemente herido por los disparos de un estanquero cuyo establecimiento intentaban asaltar.
El sábado, la Camorra asesinó en la localidad de Arzano a Patrizia Marino, de 63 años, cuyo marido y sus dos hijos ya habían caído víctimas del crimen organizado.
La violencia también se propaga entre los más jóvenes y el sábado se supo que en la localidad de Pozzuoli un joven de 16 años y sin antecedentes penales, apuñaló anoche a un chico de 18 años e hirió gravemente a su amigo tras discutir por una chica.
La presencia de tropas en las calles no es novedad para los napolitanos. En julio de 1997, el gobierno envió 500 soldados para ayudar a las fuerzas del orden a detener una 'guerra' entre mafias que había causado decenas de víctimas.
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