Estas infracciones son un 29% más que las detectadas el año pasado, cuando hubo 71, según adelantó ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maíz.

El aumento de las brigadas de la Policía Municipal en las principales zonas de marcha ha permitido un mayor control de las normativas hosteleras de Bilbao. El resto de bares, con horarios de cierre mucho más restrictivos, vienen padeciendo desde hace años las inspecciones por ruido. De ahí que las infracciones hayan descendido hasta octubre de este año.

Fruto de esas revisiones, el área bilbaína de Medio Ambiente ha tomado medidas correctoras cautelares (precinto del hilo musical, control exhaustivo del sistema acústico...) sobre 324 locales, muchos menos que los 513 del año pasado.

A pesar de ello, el número los bares cerrados de manera cautelar por incumplir la normativa reiteradas veces es similar: 74 durante este año frente a los 76 precintados durante todo el año pasado. Además se enfrentan a multas de hasta 3.500 euros.

Al considerar «suficientes» estas inspecciones, el Gobierno local rechazó ayer en el pleno tomar medidas más restrictivas por las molestias que causa la hostelería.

La normativa «más restrictiva»

Bilbao tiene la normativa hostelera más restrictiva del Estado, junto con Zaragoza, según aseguró ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maiz. Según esta ordenanza, los bares, caferías... pueden emitir hasta 65 decibelios, y los pubs y discotecas hasta 75 decibelios. Los principales sufridores de un exceso de ruido o de una insuficiente insonorización sonlos vecinos. El año pasado, la Policía Municipal acudió en 150 ocasiones a revisar el nivel sonoro de los bares a petición de los vecinos. En 134, éstos tenían razón.