Quince fotógrafos interpretan en color el 'momento decisivo' que proponía Cartier-Bresson

  • El maestro francés despreciaba la fotografía a color y sólo la consideraba admisible para trabajos comerciales.
  • Exponen en Londres obras de artistas que demostraron ese error de apreciación.
  • Algunos, como Helen Levitt y Ernst Haas, eran amigos de Cartier-Bresson.
Foto de Jeff Mermelstein
Foto de Jeff Mermelstein
www.positiveviewfoundation.org.uk
Foto de Jeff Mermelstein

Considerado por algunos como el mejor fotógrafo de la historia y alabado sin discusión como uno de los más brillantes, Henri Cartier-Bresson (1908-2004) pecaba en ocasiones de maximalismo. Si su teoría del momento decisivo ("retener el aliento y esperar a la que todas las facultades converjan en la cara de la realidad cambiante") es poco más que una verdad poética que puede ser desarrollada a través de variados acercamientos y técnicas, en otras afirmaciones el maestro pecó de intransigencia y ceguera. Por ejemplo, cuando afirmó que el color era una forma bastarda de expresión fotográfica que sólo estaba justificada para trabajos comerciales.

Para demostrar que estaba profundamente equivocado, la exposición Cartier-Bresson: A Question of Colour (Cartier-Bresson: una cuestión de color) propone una mirada a la obra de quince fotógrafos fuertemente influidos por la idea del momento decisivo pero que trabajaron en color. Algunos fueron contemporáneos del francés e incluso, con el que mantenían, como en el caso de Helen Levitt y Ernst Haas, lazos de amistad. La muestra, que se celebra en la Somerset House de Londres (Reino Unido) hasta el 27 de enero de 2013, es la primera que organiza la Positive View Foundation, una organización benéfica inglesa de ayuda a jóvenes con discapacidades.

"Una disección anatómica chapucera"

Lo más duro que afirmó el muy amigo de teorizar Cartier-Bresson sobre el color fue: "Una foto a color reproducida en una revista o edición lujosa me da la impresión de una disección anatómica chapucera". La declaración es de los años cincuenta del siglo XX y es verdad que entonces las fotos en color todavía no habían alcanzado un desarrollo técnico que pudiera equipararlas al blanco y negro, pero también es cierto que el maestro nunca dió su brazo a torcer y, pese a que siguió en la brecha hasta los setenta, cuando dejó las fotos por el dibujo, nunca hizo una foto a color ni se desdijo de sus atropelladas opiniones.

La exposición de Londres demuestra que estaba equivocado al ser despectivo y que su magisterio sobre captar lo que sucede en el momento exacto y en la forma correcta sí fue seguido por profesionales de la foto que optaron por la película a color como soporte. En la muestra se expondrán 75 obras de una quincena de autores, entre ellos, además de Haas y Levitt, Andy Freeberg, Harry Gruyaert, Fred Herzog, Saul Leiter, Trent Parke y Alex Webb.

Junto a estas piezas y para que la comparación sea posible, habrá una decena de copias originales de Cartier-Bresson que nunca antes habían sido exhibidas en el Reino Unido.

"Desafío y respuesta"

El conservador William E. Ewing afirma que concibe la exposición en términos "desafío y respuesta", porque "mostrará como Cartier-Bresson, a pesar de su escepticismo sobre el valor artístico de la fotografía en color, ejerció una poderosa influencia sobre los fotógrafos que optaron por el nuevo medio y que estaban decididos a poner un sello personal en él".

Las críticas del reportero francés, según el responsable de la muestra, tuvieron el efecto contrario al que perseguían e "impulsaron a una nueva generación de fotógrafos, decididos a superar los obstáculos y demostrar que estaba equivocado. La exposición es un homenaje a un maestro que sintió que la fotografía en blanco y negro era el medio ideal y no podía ser mejorado, pero también un homenaje a un grupo de fotógrafos de los siglos XX y XXI que eligieron el camino del color con un compromiso tan serio como el de Cartier-Bresson con el blanco y negro".

Cartier-Bresson pensaba que hasta el momento decisivo el fotógrafo ha de esperar con paciencia y valor y era un devoto de la precisión. Todas sus fotos contienen los elementos clave: luz y sombra, composición rigurosa, número áureo y don de la oportunidad. Llamaba a la perfecta combinación de todos estos factores "la geometría del momento". Si en esas leyes estaba en lo cierto —lo cual también es discutible—, la exposición londinense demuestra que patinaba de pleno en sus opiniones sobre el color.

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