Vejez, cicatrices, erotismo... Retratos del cuerpo humano sin limitaciones sociales

  • 'El cuerpo como protesta' recopila obras de autores que retrataron la anatomía humana más allá del motivo estético.
  • La muestra se centra en la obra de John Coplans, que comenzó a fotografiar su cuerpo con 60 años para documentar la decadencia física de la vejez.
  • La muestra se completa con trabajos de autores como Robert Mapplethorpe, Hanna Wilke y Miyako Ishiuchi.
'Espalda con brazos subidos' (1984), de John Coplans, que comenzó a fotografiarse con 60 años
'Espalda con brazos subidos' (1984), de John Coplans, que comenzó a fotografiarse con 60 años
© The John Coplans Trust
'Espalda con brazos subidos' (1984), de John Coplans, que comenzó a fotografiarse con 60 años

John Coplans (1920-2003) había sido editor, escritor, decorador, comisario de exposiciones... La fotografía lo atrapó con 60 años, pero para el autor británico el comienzo tardío resultó ser la mayor de las ventajas.

Comenzó a retratar su cuerpo sin rostro para mostrar una anotomía colectiva, la de cualquier hombre de su edad. Las imágenes mostraban —con una iluminación cuidada y expresiva— el músculo flácido, la arruga sin piedad, la hinchazón en los dedos y los tobillos.

Körper als Protest (El cuerpo como protesta), en el museo Albertina de Viena (Austria) hasta el 2 de diciembre, desvela las capacidades de la anatomía humana como medio de expresión radical, estético y, al mismo tiempo, como vehículo para reivindicaciones sociales y políticas. El centro de la muestra son las instantáneas de Coplans, revolucionarias por mostrar con sinceridad lo que para muchos sigue siendo un tema prohibido: la decadencia física, la vejez del cuerpo.

Sin idealizaciones canónicas

Las fotos fragmentadas con detalles del torso y las extremidades del artista lo muestran como una escultura ajena a las idealizaciones canónicas. La exposición acentúa esa poderosa visión con las obras de otros autores uue también han utilizado la anatomía para expresarse como Robert Mapplethorpe, Miyako Ishiuchi, Ketty La Rocca, Vito Acconci y Hanna Wilke.

En la colección, queda al descubierto la variedad de mensajes que las instantáneas pueden transmitir. Mapplethorpe retrataba cuerpos esculturales en sus visiones homoeróticas y sadomasoquistas, celebraba lo insólito a través de lo explícito. Ishiuchi rebusca en el lenguaje poético de las cicatrices con cuerpos anónimos de todas las edades. Wilke se valió de su cuerpo para expresar el poder de la anatomía femenina fuera de la mera función decorativa que prevalece en la historia del arte.

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