La Audiencia de Málaga ha condenado a dos hombres por retener a otro durante varias horas en su casa y golpearle con el fin de que les diera dinero, tras una noche de copas en la que se conocieron. Así, se les impone a cada uno cinco años y medio de cárcel por un delito de robo con violencia en concurso con otro de detención ilegal.

Los hechos sucedieron en enero de este año. Según los hechos declarados probados de la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los acusados coincidieron en un bar con la víctima mientras tomaban algunas copas de alcohol y después convencieron al perjudicado para que le acompañasen a una casa donde habían quedado con unas chicas.

Tras salir de esta vivienda, donde estuvieron poco tiempo —relata la resolución—, fueron los tres a la casa del perjudicado, con el consentimiento de éste, y una vez allí le dijeron que "se habían acabado las tonterías, que eso era un secuestro y que les diera el dinero que tuviera", aunque la víctima les comunicó que no tenía nada.

Los acusados registraron la vivienda, pero como no encontraron dinero, le cogieron la tarjeta de crédito, dándole el perjudicado un pin falso, dice la sentencia. En ese momento, uno de los procesados se fue a la calle a sacar dinero de un cajero, mientras el otro "siguió agrediendo, amenazando e intimidando" al hombre, que intentó salir, pero no pudo.

Cuando regresó el acusado, comunicó que la tarjeta no había funcionado y se dirigió a su compañero para decirle: "déjalo, no le pegues, mátalo ya". Además, los procesados se apropiaron de varios objetos, como un ordenador, ropa, unos auriculares, una toalla y un sello de colegiado médico, que metieron en una bolsa de deportes para llevárselos.

"Los acusados siguieron amenazando al hombre con matarle a él y a su familia si no les proporcionaba dinero, razón por la que éste les manifestó que podía llamar a su hermano para pedírselo", estima probado la Sala, por lo que los tres bajaron y fueron a contactar con este familiar.

Una vez en la cabina telefónica y mientras la víctima hablaba con su hermano, pasaron dos agentes de la Policía Local de servicio pero de paisano, quienes observaron, según la sentencia, que había un hombre hablando por teléfono "llorando", y otros dos a su lado, lo que les hizo sospechar.

Tras identificar a los tres hombres, el perjudicado encontró un momento para hacer saber a los agentes lo que estaba ocurriendo, por lo que éstos, tras hacer comprobaciones, como hablar con el hermano de la víctima, detuvieron a los dos acusados, que tienen antecedentes por robo con intimidación y que han estado en prisión por esta causa desde que sucedieron los hechos.

Para el Tribunal, la víctima declaró de manera "clara y contundente" cómo conoció a los dos hombres, fue confiando en ellos, tomándose algunas copas más con éstos y cómo se sucedieron los hechos; mientras que considera "incoherentes, contradictorias y carentes de lógica" las declaraciones de los acusados, que negaron haber pegado y amenazado al otro.