Seminci-Ayouch cree que si cineastas árabes no ofrecen su visión sobre temas como el terrorismo otros lo harán por ellos

El director francés de origen marroquí recuerda que hay víctimas en todos los bandos ya que también lo son los jóvenes enviados a inmolarse
Nabil Ayouch posa con la Espigad e Oro ganada con 'Los Caballos de Dios'
Nabil Ayouch posa con la Espigad e Oro ganada con 'Los Caballos de Dios'
EUROPA PRESS
Nabil Ayouch posa con la Espigad e Oro ganada con 'Los Caballos de Dios'

El director francés de origen marroquí Nabil Ayouch ha asegurado este sábado que si los cineastas del mundo árabe no expresan sus puntos de vista sobre temas como el terrorismo a través de sus trabajos, otros lo harán por ellos.

Ayouch, cuya cinta 'Los caballos de Dios' se ha alzado hoy con la Espiga de Oro de la 57 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), no ha llegado a tiempo de recogerla en el escenario del teatro Calderón pero sí la ha recibido luego de manos de su director, Javier Angulo, y entre los aplausos de otros de los premiados.

En ese momento el director, quien ha reconocido su alegría por la concesión del premio, ha reconocido que temas como los que aborda en su cinta, centrada en el germen del terrorismo islamista, deben de ser objeto de expresión por parte de cineastas del mundo árabe que, con su punto de vista "original y distinto", tienen que ser oídos para que otros no opinen por ellos.

Ayouch, quien se ha confesado un director que realiza una película sobre un tema "importante", al margen de sus orígenes, ha resaltado la importancia en el modo de abordar el tema del terrorismo. "Me han marcado mucho las películas americanas que se centraban en quitar rostros y nombres".

En este sentido el director, quien ha recalcado la importancia de poner rostros y de no hacer un espectáculo de la violencia, ha reconocido que la existencia de una unión entre fanatismo y pobreza no hace que todos los pobres sean fanáticos y se ha referido al tiempo que ha necesitado para comprender que las víctimas se encuentran siempre en los dos bandos.

"También mandar a la gente de 20 años a inmolarse les hace víctimas", ha aseverado antes de mostrarse seguro de que el público español entenderá su película por su desgraciada relación con el terrorismo islamista pese a las dificultades que entraña. "Parece muy difícil comprender lo incomprensible".

Para la realización de 'Los caballos de Dios', Ayouch realizó durante dos años un trabajo de campo con sociólogos, antropólogos y politólogos con el fin de sumergirse en un universo que no era el suyo y que se rige por otros códigos y referencias que no son familiares y que, por tanto, complican la comprensión de las cosas.

Asimismo y en referencia al apoyo que brinda al cine que se hace en el norte de África, el cineasta francés ha asegurado que esta cinematografía ya ha nacido y se encuentra en construcción. "Si hubiera querido hacer películas y no participar en la construcción del edificio del cine, me hubiera quedado en casa", ha destacado antes de confesar que el crecimiento y la madurez de este cine le hace "vivir y vibrar".

Aplauso para los ex-SINTEL

Uno de los momentos más emotivos y aplaudidos de la gala de clausura de la 57 edición de la Seminci ha llegado de la mano del primer premio de Tiempo de Historia para 'Nosotros', documental de Adolfo Darfour sobre los trabajadores despedidos de Sintel que vivieron acampados en el año 2001.

Así y después de que el director reconociera que lo que admira de esos trabajadores es su dignidad, Valeriano, uno de los empleados despedidos, ha recordado que fue la defensa de su derecho al trabajo y su dignidad la que les hizo protagonistas y ha dedicado el premio a cada uno de los 1.800 despedidos y sus familias, de manera muy especial a los 45 que ya han fallecido y que no verán el fin "posible" de su lucha.

A este aplauso, el más largo de los regalados en la gala, se ha sumado el brindado a la directora islandesa Isold Uggadóttir, ganadora de la Espiga de Oro por su corto 'Útrtás Reykjavik', quien al recoger su galardón ha recordado que su trabajo versa sobre la crisis del año 2008 en Islandia, país en el que los cineastas decidieron ejercer presión sobre el Gobierno para que no el mundo del cine no recortara financiación.

"Estamos muy contentos... hemos sido capaces de demostrar que el cine no tiene sólo importancia social y cultural sino que la tiene también desde un punto de vista económico", ha afirmado ante los aplausos del público.

Andrés Martín, de Vértigo, ha sido el encargado de recoger los tres premios para 'Óxido y Hueso', oportunidad que ha aprovechado para dar las gracias al festival, al jurado y al público de Valladolid, y Jessica Woodworth, co-directora de 'La Quinta Estación', ha hecho lo propio con sus tres premios.

Ha sido cuando ha recogido el galardón del Jurado Joven cuando Woodworth ha señalado que el mercado es el muro y que el público se sitúa detrás de él y que tener miedo del futuro, gritar y esperar son acciones "necesarias".

Fernando Tejero, Óscar Jaenada, Patricia Ferrerira, María Valverde, Gonzaló Miró, quien ha hecho entrega, como es tradición, del premio 'Pilar Miró' al mejor director novel; Eduardo Chapero-Jackson o Pere Vilà han desfilado por el escenario del teatro Calderón para recoger o entregar premios en una gala que ha comenzado con el saludo de Leo Harlem.

Ledicia Sola y Mara Torres, maestras de ceremonia, han ido dando paso a todos los galardonados que, como ya ocurriera en los últimos años, han permanecido en el escenario para la tradicional foto de familia.

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