Han pasado dos siglos desde que Tom Builder inició la construcción de la catedral de Kingsbridge. Inglaterra se encuentra al borde de una guerra con Francia que durará dos siglos, sacudida por una terrible plaga, la peste negra.

Este es el escenario de Un mundo sin fin, que sigue la pista a los descendientes de los protagonistas de Los pilares de la Tierra, el gran éxito literario de Ken Follett, cuya adaptación a la pequeña pantalla se estrena este martes en Cuatro (22.30 h).

Esta segunda parte de ocho capítulos ha sido producida, al igual que la primera, por los hermanos Ridley y Tony Scott (que falleció este verano), y cuenta con intérpretes como Cynthia Nixon (Sexo en Nueva York); la doblemente oscarizada Miranda Richardson (Sleepy Hollow, El imperio del sol); Ben Chaplin (La delgada línea roja, Lo que queda del día) y el ganador de un Globo de Oro Peter Firth (La caza del Octubre Rojo).

Se trata de un superproducción épica de intriga, pasión y muerte dirigida por el escocés Michael Caton-Jones (Rob Roy, Chacal). La adaptación ha corrido a cargo del mismo guionista de Los pilares de la Tierra, John Pielmeier.

La vida es más dura que nunca en la Inglaterra del siglo XIV. Caris Wooler (Charlotte Riley), hija de un mercader de lana leal al rey Eduardo II, es una valerosa joven que quiere poner fin al sufrimiento y a la opresión de su tiempo oponiéndose a los mayores poderes de la Edad Media: la Corona y la Iglesia.

Está casada a la fuerza con el violento constructor Elfric (Ian Pirie), pero ama a Merthin ( Tom Weston-Jones), hijo del conde de Shiring y aprendiz de Elfric. Ambos jóvenes compartirán un peligroso secreto. Cynthia Nixon interpreta a Petranilla, la odiada tía de Caris, manipuladora y ambiciosa, y causante de la muerte de su madre.