Desde el sábado, el País Vasco tiene un centro que se dedicará exclusivamente a buscar la paz.

Se trata de Baketik (desde la paz, en euskera), estará en la localidad guipuzcoana de Oñati, y tiene como objetivo inmediato la formación de un millar de "agentes de reconciliación" antes de 2008 para crear una "red social de reconciliación".

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, fue el encargado de inaugurar el centro, una iniciativa de  los franciscanos de Aránzazu y que estará dirigido por Jonan Fernández, quien lideró durante 13 años el Movimiento para el Diálogo y el Acuerdo, Elkarri.

Jonan Fernández recalcó en que la participación ciudadana en un proceso de paz no debe ceñirse únicamente a "tener derecho a opinar y decidir" sino que también supone "aprender a tratar éticamente" los conflictos y "comprometerse a crear cultura de paz".

Dijo que Baketik quiere aportar algo en "este terreno" y pretende formar a los 1.000 agentes a través de los diferentes cursos que impulsará desde este mismo mes de octubre.

No al olvido

El lehendakari insistió, durante su intervención, en que la sociedad vasca no puede construir el proceso de paz y normalización sobre el olvido, ya que, según indicó, reconciliación no significa "amnesia".

Apostó por mirar al pasado para tener memoria crítica y por mirar al futuro con la voluntad de respetarnos como semejantes a pesar de que los "muros" sean grandes y las "heridas devastadoras".

Al acto acudieron representantes del Gobierno vasco, así como dirigentes de diferentes partidos como Joseba Egibar (PNV), Alberto Buen (PSE), Rafael Larreina (EA) y Patxi Zabaleta (Aralar), y el portavoz de la ilegalizada Batasuna Pernando Barrena.

La violencia no cesa

La apertura de este Centro para la Paz ha coincidido con una nueva noche de violencia callejera en el País Vasco.

Estos actos han sido condenados por todas las fuerzas políticas excepto Batasuna, a quien el PSOE ha exigido que condene la violencia, porque "no tiene más remedio".