Hacia lo salvaje da nombre a su último trabajo. Se trata de un grito 'animal' al que pone voz Eva Amaral junto a la guitarra de Juan Aguirre, cara y cruz del dúo Amaral, que en la noche del martes protagonizaron en Madrid un concierto que constituía el colofón a su gira española, antes de partir rumbo a Latinoamérica.

En su camino aventurero el grupo zaragozano pasó desde las playas de Riazor en los calurosos Días de verano, hasta las Tardes sobre Montañas rusas y un viaje con la pequeña Caroline por la gélida Antártida.

Aunque, en definitiva, lo que conforma la moneda de Juan y Eva es el calor de un público que recibió al dúo con temas del ayer y de hoy, integrados estos últimos en su último álbum, Hacia lo salvaje, al que ha dado refugio la sala La Riviera de la capital.

El sencillo que da nombre a su disco dio el pistoletazo de salida a la recta final de su gira de presentación, en el que Amaral agotó entradas en sus próximas citas, este jueves de nuevo en Madrid, y el sábado, en Barcelona.

La noche, en la que Eva agradeció a los asistentes su ayuda "para vencer la batalla del fútbol", ya que en esos mismos instantes la selección española disputaba contra Francia su pase al mundial de 2014, también ha ofrecido un sentido homenaje al adiós de Chavela Vargas.

Pero la intérprete y compositora maña tenía ganas de marcha, y así lo confesó, antes de dar paso a la voz enérgica de himnos como Estrella de mar o el ecléctico Como locos.

Aún así, Juan Aguirre, al que según Eva tiene que "empujar para cantar", también tuvo un sitio sobre el escenario de manos de su guitarra, pero también de su voz, que dio un respiro a la cantante antes de volver de nuevo al micro.

Esperando un resplandor, para quienes no se conforman con vivir en las tinieblas, la memoria de su madre en Olvido y Robin Hood completaron la primera parte de su repertorio, en el que Eva también se dio al inglés con su versión de Have you ever seen the rain?.

Sin embargo, su torrente de voz, que bien podría servir para una buena jota, daba para más, y el público, que se mantuvo tarareando cada uno de los temas de Amaral, seguía pidiendo más, incluso lanzando un cachirulo aragonés customizado.

El dúo zaragozano no dudó mucho en volver sobre las tablas para dar su particular broche de oro con el canto de Revolución y Cuando suba la marea, en un paseo camaleónico Hacia lo salvaje.

El principio del final de Amaral puso de nuevo el grito en el cielo para despedir su noche antes de partir a Cuba, Argentina, Perú y México. Hasta luego y buen viaje, Eva y Juan.