Los médicos piden derecho de admisión en la consulta

Exigen que el SAS limite a pacientes agresivos la libre elección de facultativo y centro de salud después de registrarse tres nuevos incidentes en Trinidad.
El personal del centro de salud Trinidad se concentró ayer frente al ambulatorio por las agresiones sufridas (V. Bueno).
El personal del centro de salud Trinidad se concentró ayer frente al ambulatorio por las agresiones sufridas (V. Bueno).
El personal del centro de salud Trinidad se concentró ayer frente al ambulatorio por las agresiones sufridas (V. Bueno).
Tres agresiones verbales registradas en el centro de salud Trinidad, en Málaga, el pasado jueves han movilizado de nuevo a los profesionales de las batas blancas. El Sindicato Médico exigió ayer que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) limite el derecho a libre elección de facultativo y centro de salud a los pacientes agresivos con los profesionales sanitarios.En concreto, el sindicato propone que los atacantes  sean destinados a otro centro «donde deben existir medidas de seguridad para proteger a los trabajadores», como timbres de auxilio y guardias, explica la portavoz de atención primaria del Sindicato Médico, María del Carmen González.

Últimas agresiones

El jueves pasado: En el ambulatorio de Trinidad, ubicado en calle Sevilla, un hombre abrió la puerta de una consulta a patadas para exigir fármacos. Amenazó a una enfermera y una médico. Otro hombre quiso saltarse la cola y coaccionó e insultó a una enfermera.

María del Carmen González. Portavoz de atención primaria (sindicato médico)

«No hay medidas tras la mayoría de los ataques»

¿Qué otras medidas de protección están exigiendo?

Queremos que se comuniquen unas consultas con otras y que la disposición del mobiliario no acorrale a los profesionales entre la pared y los pacientes agresivos.

¿Cómo actúa el SAS tras este tipo de ataques?

En la mayoría de los casos, no pasa nada. A no ser que la agresión sea muy grave, el SAS no toma medidas.

¿Y las víctimas?

La mayoría no da parte de las agresiones porque cree que no sirve para nada. En casos graves, solicitan una orden de alejamiento del enfermo o el profesional pide un traslado.

Es difícil encontrar algún empleado agredido que quiera dar la cara para contarlo...

Las compañeras de la última agresión aún no están en condiciones de revivirla. Tenemos miedo porque somos muy accesibles. Si nos amenazan por no dar una receta, ¿qué nos podrían hacer por contar la agresión públicamente?

BIO

Nació en Ceuta (41 años). Tuvo que pedir una orden de alejamiento de un paciente.

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