La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha fijado la pena de 15 años de prisión para un hombre acusado de asesinar a su expareja en Moncofa (Castellón), de la que tenía una orden de alejamiento tras denunciar la mujer que había recibido malos tratos desde hacía tres años y medio.

Un jurado popular ya consideró a este hombre culpable de un delito de asesinato, después de que durante la vista, él mismo confesara su culpabilidad y se reconociera autor de los hechos. El acusado, además de aceptar su culpabilidad, señaló en el juicio que el día de los hechos había bebido bastante cantidad de alcohol, así como que durante los dos años que llevaba desempleado había bebido mucho.

El procesado mantuvo una relación estable de pareja con la víctima, que se inició a mediados del año 2005 y fruto de la cual tuvieron un hijo en común. El día 25 de agosto de 2010, la mujer compareció ante el Puesto de la Guardia Civil de Moncofa para presentar denuncia contra su compañero sentimental, en la que manifestaba que venía siendo víctima de malos tratos desde hacía unos tres años y medio, por lo que solicitó una orden de protección.

Como consecuencia de ello, el día 26 de agosto de 2010, el juzgado de Instrucción número 3 y de Violencia Sobre la Mujer de Nules dictó un auto de medidas de protección, en cuya parte dispositiva se prohibía cautelarmente al procesado aproximarse a menos de 200 metros de la víctima, de su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro frecuentado por ella, así como de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento.

Sobre las 22.00 horas del día 25 de septiembre de 2010, el acusado se presentó en el Puesto de la Guardia Civil de Moncofa, donde aseguró que quería presentar una denuncia contra su expareja porque ésta podría estar en el domicilio junto con otras personas tomando alcohol y drogas, a lo que los agentes le indicaron que no podían llevar a cabo intervención alguna puesto que, aun siendo cierto lo que manifestaba, ello no constituía ningún delito.

Posteriormente, el acusado ingirió bastante cantidad de bebidas alcohólicas y se trasladó hasta el domicilio de la mujer, a pesar de tener perfecto conocimiento de la prohibición de aproximación y comunicación. Una vez allí, trepó por un muro hasta acceder a la terraza con unos guantes, un destornillador y uno o más cuchillos. Ya en la terraza, violentó una ventana y accedió a la vivienda por la habitación del niño.

Una vez en el interior, sorprendió a su expareja tumbada en un sofá y, de forma repentina, le clavó un cuchillo, pero tal fue la fuerza que empleó que éste se partió quedando el filo por un lado y el mango por otro, lo que hizo que el acusado cogiese otro cuchillo que igualmente clavó a la mujer y con igual fuerza, puesto que también se partió. Por ello cogió un tercer cuchillo más grande que los anteriores y lo clavó con gran fuerza y violencia.

A consecuencia de las cuchilladas recibidas, la víctima sufrió múltiples heridas que, de forma irremediable, le produjeron la muerte por shock hipovolémico posthemorrágico y secundario a heridas por arma blanca. A continuación, el acusado intentó huir y esconderse en la azotea del edificio, aunque resbaló sobre las tejas, de modo que cayó a la vía pública y se fracturó las piernas.

Por estos hechos, la Audiencia condena al hombre a 15 años de prisión por un delito de quebrantamiento de medida cautelar en concurso medial con un delito de asesinato. También le prohíbe aproximarse a su hijo durante 25 años, y le impone una indemnización de 200.000 euros para el menor.