"Pienso en mí como en un lienzo". El artista, performer y diseñador australiano Leigh Bowery (1961-1994) se imponía la tarea de convertirse en obra de arte de la manera más estridente posible. Sus provocaciones visuales calaron en la cultura underground londinense de los años ochenta y han servido de inspiración a los diseñadores Alexander McQueen y John Galliano, al cantante Boy George, a Antony Hegarty de Antony and the Johnsons...

Moda, baile, performances, disfraces pocas veces expuestos, películas, fotos, vídeos, revistas. La Kunsthalle de Viena (Austria) inaugura el 19 de octubre XTRAVAGANZA, un acercamiento a la excéntrica figura de Bowery, un personaje que osciló siempre entre la mascarada y una expresión personal.

"Disfrazamos y maquillamos nuestras imperfecciones y defectos. Leigh hacía de los suyos el centro de su arte", dijo de él Boy George. Los clubs de Londres que frecuentaba el expansivo artista ponían pasarelas especialmente para que entrara de manera triunfal en los locales; el pintor Lucian Freud —fascinado por la actitud plena que derrochaba Bowery desnudo, lo retrató varias veces descubriendo el lado vulnerable e íntimo que contrarrestaba la estridencia.

Llegó a la capital británica para estudiar moda y, cuando comenzó a desarrollar sus diseños, el acercamiento irónico al mal gusto y al kitch le permitieron alejarse de las convenciones para desarrollar un estilo humorístico. Ideaba y confeccionaba sus modelos, trabajaba pensando en su cuerpo como material maleable. Con atuendos de látex negro modificaba el tamaño y la forma de su anatomía; cualquier objeto (una calavera, un casco de acero, la taza del váter) le servía para sabotear el glamour.

"Me gusta hacer lo contrario de lo que la gente espera", declaraba. Bowery exploró en sus intervenciones artísticas el sadomasoquismo, la experiencia extrema e inusual. Causar incomodidad y traspasar los límites sociales le servía para combatir el conformismo.

Nunca se inhibió, experimentó el exceso convencido de su filosofía vital. Aunque hizo pública su homosexualidad, se casó con su vieja amiga Nicola Bateman en un acto de contradicción final. Siete meses después, con 33 años, murió de complicaciones derivadas del sida.