Los Mossos que lanzaron una granada a un sospechoso se escudan en los protocolos

  • Este miércoles se ha iniciado el juicio contra un sargento y un agente de un cuerpo de élite de los Mossos d'Esquadra.
  • La granada provocó a la víctima heridas en ambos testículos que le han dejado estéril, lo que le obligó a seguir tratamiento hormonal crónico.
Imagen de archivo de dos agentes de los Mossos d'Esquadra.
Imagen de archivo de dos agentes de los Mossos d'Esquadra.
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Imagen de archivo de dos agentes de los Mossos d'Esquadra.

Los dos agentes de un cuerpo de élite de los Mossos d'Esquadra acusados de reventar los testículos a un sospechosos por arrojarle una granada de aturdimientos en una detención se han escucado este miércoles en que su actuación se ajustó a lo aprendido en los entrenamientos y a los protocolos de actuación de Interior.

En la sección octava de la Audiencia de Barcelona se ha iniciado este miércoles el juicio contra un sargento y un agente del Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos d'Esquadra, para quienes la Fiscalía pide 18 meses de prisión por reventar los testículos a un hombre en la detención de un cobrador de morosos sospechoso de pertenecer a una banda de extorsionadores, en noviembre de 2008.

La víctima acompañaba en el asiento de copiloto de su coche al sospechoso de extorsión, cuando un grupo de agentes de los GEI se acercó al vehículo y, tras darles el alto, rompieron los vidrios del automóvil y lanzaron a su interior una granada de aturdimiento STUNT, que con un fuerte sonido y un destello de luz se utiliza para causar un bloqueo y evitar posibles respuestas agresivas de los delincuentes.

El artefacto cayó sobre la entrepierna de la víctima y detonó antes de que ésta pudiera cogerla con las manos, en cuestión de segundos, lo que le provocó heridas en ambos testículos que le han dejado estéril, además de desencadenarle una depresión y obligarle a seguir tratamiento hormonal crónico, según ha explicado el propio lesionado en el juicio.

La granada de aturdimiento, que desde ese accidente no ha vuelto a utilizarse en el interior de vehículos, estaba pensada para su uso preferente en entradas en domicilios y en motines penitenciarios de acuerdo con una instrucción del Departamento de Interior de la Generalitat, según recalca la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales.

Sin embargo, el sargento Víctor E., que ha asumido la responsabilidad en la decisión de que los agentes del operativo llevaran ese tipo de granadas, ha insistido en que se limitó a "aplicar simplemente el protocolo" de actuación y que los mossos siguieron estrictamente las pautas aprendidas en los entrenamientos.

En la misma línea se ha manifestado el otro agente acusado, que ha señalado que lanzó la granada sobre el vehículo tal y como los agentes de su unidad "tienen entrenado", al ver que el coche avanzaba con la intención de darse a la fuga, y que su intención fue tirarla al suelo, aunque no vio adónde se dirigía.

Esa misma versión exculpatoria la ha corroborado ante el tribunal el inspector jefe del GEI, que en su declaración como testigo ha precisado que su unidad se encargó de comprobar en sus entrenamientos la eficiencia de las granadas de aturdimiento, sin detectar problema alguno.

La Fiscalía pide que los dos acusados, o la Generalitat de forma subsidiaria, indemnicen con 50.000 euros a la víctima, que ejerce la acusación particular en la causa y pide dos años de prisión para los agentes por un delito de lesiones imprudentes.

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