EEUU lanzó hoy una ofensiva diplomática con varios de sus socios de la comunidad internacional para tratar de pactar una estrategia común contra la eventual prueba nuclear que ha anunciado Corea del Norte.

Varios funcionarios de alto rango del Departamento de Estado, incluida su titular, Condoleezza Rice, mantuvieron contactos con algunos de sus homólogos en Europa y Asia para analizar la nueva amenaza de Pyongyang, dijo hoy en rueda de prensa el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Tom Casey.

Esos contactos responden al esfuerzo que realiza la administración estadounidense para enviar "una señal fuerte y unida" al régimen de Corea del Norte, en el sentido de que "ese tipo de amenazas no son aceptables", añadió Casey.

El portavoz no quiso entrar en detalles en torno a las informaciones que publican algunos medios de comunicación en el sentido de que EEUU ha podido constatar que Corea del Norte ha puesto en marcha los preparativos para un ensayo nuclear.

El máximo negociador de EEUU en la crisis nuclear norcoreana, el secretario de Estado adjunto, Christopher Hill, aseguró hoy que Washington no va a permitir que Corea del Norte tenga armas nucleares.

En un acto celebrado en la Universidad Johns Hopkins, en la capital estadounidense, Hill no precisó las medidas que podría promover EEUU en caso de que Pyongyang materialice su amenaza, pero sí dejó claro que "haremos todo lo que podamos para disuadir a Corea del Norte".

"No vamos a vivir con una Corea del Norte nuclear, no lo vamos a aceptar", insistió Hill.

Negociación a seis bandas

EEUU no es el único que ha exigido a Corea del Norte que abandone sus ambiciones nucleares. Corea del Sur y Japón también han alegado que una prueba nuclear de los norcoreanos podría tener consecuencias imprevisibles para la seguridad en el este de Asia.

Esos tres países participan, junto con Rusia, China y la propia Corea del Norte, en el proceso de negociaciones a seis bandas destinado a buscar una solución al problema nuclear norcoreano.

Las conversaciones a seis bandas están boicoteadas por Pyongyang desde su última ronda, celebrada en noviembre pasado en Pekín.

Para volver a la mesa de las negociaciones, Corea del Norte exige a EEUU que retire las sanciones contra varias entidades financieras internacionales y norcoreanas implicadas, según la Casa Blanca, en varios delitos de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico y falsificación de dólares.