Como un jarro de agua afría. Así han sentado a los mercados las evasivas con que el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, respondía este miércoles al pimer ministro griego, Antonis Samaras, sobre su petición de más tiempo para cumplir con las condiciones exigidas a cambio de los dos rescates que le ha brindado hasta ahora.

Grecia pedía más tiempo para dar así un respiro a su deprimida economía, pero Juncker afirmó que eso dependerá del dictamen de la troika de acreedores internacionales, formada por la UE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

Las declaraciones de Francia y Alemania tampoco han ayudado. "No tendremos una solución el viernes (cuando se reúne con Samarás). Esperaremos al informe de la troika. Entonces, decidiremos", decía este miércoles la canciller alemana, Angela Merkel. Por su parte, el ministro francés de Asuntos Europeos, Bernard Cazeneuve, añadía: "Cualquier decisión se tomará después de discutirlo con nuestros socios europeos".

La puntilla ha terminado de ponerla este jueves el ministro alemán de Finanzas, Wolfang Schäuble, quien afirmaba que dar más tiempo a Grecia no es ninguna solución. "Dar más tiempo no es una solución a los problemas y termina significando también más dinero", ha dicho. Según Schäuble, la eurozona ya fue "al límite de lo que se puede defender económicamente", con el programa de ayuda para Grecia acordado el año pasado.

Las consecuencias no se han hecho esperar y la prima de riesgo española, que mide la confianza de los inversores en la deuda soberana española, ha ignorado la mejoría de la última semana y ha vuelto a siturase en los 500 puntos básicos, barrera de la que se descolgó el pasado 15 de agosto por primera vez desde principios de julio. Al final, ha cerrado la sesión de este jueves en los 496,8 puntos básicos.

El diferencial superó durante buena parte de la jornada el nivel psicológico de 500 puntos básicos tras cinco sesiones por debajo de esa cota aunque al cerrar el mercado secundario consiguió moderarse. Eso se debió a la relajación en la venta de títulos españoles a 10 años, cuya rentabilidad no obstante alcanzó el 6,346 %, en comparación con el 6,27 % del miércoles.

En cuanto al Íbex-35, principal indicador de la Bolsa española, tras empezar la sesión de forma optimista se dio la vuelta y ha cerrado con una caída del 0,79%, con lo que ha perdido el nivel de 7.300 puntos perjudicada por el empeoramiento del mercado de deuda ante el temor a que Grecia salga del euro y la debilidad de las economías europea y China. Las pérdidas anuales rozan el 15%.

Mientras, los inversores están este jueves atentos a la reunión entre Merkel, y el presidente francés, François Hollande, en la que hablarán, previsiblemente de la crisis de la zona del euro y de Grecia. No obstante, el Gobierno alemán ya ha enfriado las expectativas al respecto, alegando que no se esperan grandes decisiones.

Por su parte,  el primer ministro griego ha advertido este jueves en una entrevista al diario alemán Bild que si su país terminase viéndose forzado a dejar la eurozona, probablemente se produciría una efecto dominó que podría terminar sacando a otros países de la unión monetaria. "Si un país es forzado a salir de la eurozona probablemente no sería el último. Al menos así lo verían los mercados". "Luchar contra eso sería muy difícil", agregó.

Grecia lleva cinco años en recesión, acumula una caída del 17,5 % del PIB desde finales de 2008 y el paro casi se ha triplicado en ese periodo, hasta más del 23 %. El país heleno todavía debe presentar a sus socios una serie de nuevos recortes por 11.500 millones de euros, exigidos por la troika para que los prestamistas de Grecia accedan a seguir financiando al país, que ya ha recibido dos rescates.

Samaras, tras reunirse este miércoles con el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se reunirá por primera vez con Angela Merkel este viernes en Berlín y, el sábado en París, con François Hollande. En su encuentro del miércoles, Juncker advirtió que Grecia debía seguir en el euro, pero que afrontaba la "última oportunidad" de evitar la suspensión de pagos, y se mostró contrario a un tercer paquete de rescate para mantenerla a flote.