La investigación de la Guardia Civil se inició a raíz de varias denuncias de personas que aseguraban haber sido estafadas por una persona que se hacía pasar por un trabajador de la aduana de Castellón. A esas denuncias se unió otra en la que el perjudicado manifestó haber sufrido un robo con violencia por el sospechoso al darse cuenta del intento de estafa.

El supuesto autor de los hechos visitaba establecimientos de la provincia, donde se presentaba como un trabajador de la aduana de Castellón y ofrecía a los empleados televisores LCD, teléfonos móviles, ordenadores portátiles y botellas de whisky a un precio muy por debajo del de mercado debido, según manifestaba el sospechoso, a que procedían de incautaciones y justificaba que era una venta legal.

Para lograr esos productos, el detenido solicitaba el pago por adelantado del dinero para, posteriormente, no acudir a las citas en las que supuestamente iba a entregar el género acordado. Las cantidades que solicitaba previamente oscilaban entre los 300 y los 800 euros, por lo que el total de lo estafado asciende a más de 2.000 euros.

Uno de los establecimientos que intentó estafar se encuentra en Cabanes. Allí el sospechoso, al intentar estafar al empleado y éste darse cuenta de sus intenciones, le amenazó e intimidó y decidió hacerse con el dinero de la caja registradora de manera violenta.

La Guardia Civil, tras una exhaustiva investigación, consiguió localizar al presunto autor de los hechos, S.R.A., de 39 años, quien había sido detenido el pasado mes de mayo por hechos similares con un modus operandi análogo al empleado en esta ocasión.