El Arrebato: "Mi mujer es la responsable de mis éxitos"

Su verdadero nombre es Javier Labandón y acaba de sacar a la venta su cuarto álbum, al que ha titulado anecdóticamente ‘Un cuartito pa mis cosas’.
El Arrebato
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Quedamos a las cuatro de la tarde en un céntrico hotel madrileño.

Se pide un par de cafés para animarse, ya que la noche de antes había estado de concierto y ese día se había despertado muy temprano.

Así será su agenda hasta el mes de noviembre.

Está dedicado en cuerpo y alma a la promoción de su cuarto disco, Un cuartito pa mis cosas.

¿Lo de "cuartito" tiene algo que ver con que éste es su cuarto disco?

Claro, es un juego de palabras. También tiene que ver con que nunca tuve un cuarto para mi solo, ya que éramos ocho hermanos y yo era el último mono.

¿Era tan malo para llamar la atención que por eso lo llamaban El Arrebato?

Por eso mismo. Me lo puso mi abuela Leonor, que era de Algeciras (Cádiz).

BIO Es sevillano y tiene 35 años. Acaba de mudarse a una tranquila casa en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Lo que más le gusta son las fiestas flamencas, en las que dice encontrar la inspiración.

Pero al final tanta rebeldía le ha salido bien.

He tenido mucha suerte. La gente me eligió a mí como podían haber escogido a cualquier otro.

Volviendo al disco, en sus canciones regresa el desamor, las mujeres que hacen sufrir... Hay una canción, incluso, que se titula La desagradecida. ¿Tan malas experiencias ha tenido?

(Carcajada) ¡Anda ya! Yo estoy felizmente casado. Ella es la responsable de todos mis éxitos.

¿Es mala con usted y le inspira sus letras?

No, es la que me pone los pies en mi sitio y hace que no se me vaya la cabeza. Ella es la que me da la luz. Me tiene muy enamorado.

¿Se le va mucho la cabeza?

Se me va en el sentido que tengo muchos picos. Hoy, contentísimo y mañana, deprimidísimo. Es algo innato a los artistas.

¿Es difícil asumir correctamente que miles de personas tarareen sus letras?

Claro, porque en el escenario tienes un chute de autoestima, pero luego eso crea mucha responsabilidad.

¿No ha digerido aún la fama?

Todavía no he hecho la digestión, aunque ya estoy echando los primeros eructos (risas).

Y las críticas de los béticos por haber hecho el himno del centenario del Sevilla...

Creía que iba a ser peor. Hay béticos que me han dicho "mira el burro del himno" y otros, que sin embargo, me la han tarareado. Hay reacciones de todo tipo.

Fue muy osado...

Fui honesto. Yo soy del Sevilla de toda la vida y me hizo mucha ilusión componerle la canción. No hay nada de malo, ¿no?

¿Qué espera de este último trabajo?

Que guste a la gente y que nadie se sienta defraudado conmigo.

Su primer contrato

A Javier le gusta hacer hincapié en lo afortunado que es por mantenerse en el mundo de la música.

Por ello, cuenta cómo su primer contrato con una discográfica lo consiguió hace seis años, gracias a que uno de los componentes de Camela hizo rodar una maqueta suya.

"Éstos son coleguitas míos y les dejé una prueba para que la repartiesen. Así empezó todo", dijo.

Javier asegura que gracias a su Poquito a poco se metió de lleno en este mundo.

Están en su onda

Han bebido de las mismas influencias musicales. Se trata de toda una generación que reivindica el flamenco y la rumba pop como seña de globalización y buen rollo.

Estopa: Mezclan el flamenco con la rumba catalana. Tienen su sello.

Rakel Winchester: También se declara flamenca, aunque entremezclada con punk.

Melendi: Físicamente es incluso muy parecido a El Arrebato, pero el asturiano mezcla flamenco con rock.

El Lunático: Tienen un característico estilo que aúna rumba, pop y rock.

Los Delinqüentes: Se pasean por el flamenco más festivo.

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