Los antepasados de las estrellas de mar tenían simetría bilateral, como los humanos, y no radial, como se creía

El trabajo utiliza una técnica novedosa que permite diseccionar el fósil en 3D sin destruirlo y poder visualizarlo en un ordenador
Reconstrucción De Fósil De Equinodermo
Reconstrucción De Fósil De Equinodermo
UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
Reconstrucción De Fósil De Equinodermo

Un nuevo fósil de equinodermo, grupo al que pertenecen las estrellas y erizos de mar actuales, encontrado en el yacimiento de Purujosa, en el Parque Natural del Moncayo (Zaragoza), revela por primera vez que los primeros representantes de este grupo fueron bilaterales, con una simetría que divide el cuerpo en dos partes iguales, como en los humanos, y no radiales, con un patrón simétrico parecido a una rueda, por lo que se crece uniformemente en todos sus lados, como se había pensado hasta el momento.

El investigador aragonés Samuel Zamora, que forma parte de un proyecto de la Universidad de Zaragoza sobre el periodo Cámbrico y actualmente trabaja en el Museo de Historia Natural de Londres, acaba de publicar en la revista científica PlosOne este descubrimiento.

Samuel Zamora ha conseguido estos resultados junto a Andrew Smith, investigador en el mismo Museo de Londres, e Imran Rahman, de la Universidad de Birmingham, ha informado la Universidad de Zaragoza en un comunicado.

Ha agregado que gracias a este hallazgo los datos embriológicos, evolutivos y paleontológicos coinciden, "cerrando un debate que desde hace siglos existía entre biólogos y paleontólogos" ya que los equinodermos adultos tienen simetría radial y esta es una de las principales características del grupo, pero en las larvas es bilateral.

Por este motivo, los paleontólogos han buscado desde décadas en las rocas más antiguas del Cámbrico, momento en que se produce una gran explosión de la vida animal en la tierra y donde aparecen los primeros equinodermos, "para tratar de dilucidar si los fósiles podían aportar información y todas las conclusiones eran las mismas", es decir, que "los primeros equinodermos ya eran radiales".

Este nuevo fósil ha permitido reconstruir completamente el árbol evolutivo de los equinodermos, demostrado que la simetría radial de las estrellas y los erizos de mar es una modificación de una simetría bilateral que los primeros equinodermos ya poseían. Esta conclusión cambia radicalmente la visión que se tenía sobre la forma y hábitos alimenticios de los primeros equinodermos, han apuntado las mismas fuentes.

Importancia internacional

El nuevo fósil se ha bautizado como Ctenoimbricata spinosa y no se parece a ningún ejemplar que habite actualmente los mares en la actualidad y, mucho menos, a una estrella de mar. Sin embargo, un análisis de su anatomía refleja que se trata de un animal emparentado con los equinodermos.

Tenía forma bilateral y seguramente poca capacidad de movimiento ya que carece de apéndices locomotores. Además, contaba con un sistema defensivo compuesto por espinas que le permitió protegerse de los depredadores, similar al de los erizos actuales.

Su alimentación era una mezcla entre detritívora y suspensívora captando partículas del suelo marino que eran procesadas en una faringe interna.

Los dos ejemplares de este nuevo fósil fueron encontrados en los años 2009 y 2010 en unas excavaciones cofinanciadas por Caja Inmaculada y Gobierno de Aragón. Las rocas de esta zona "son muy importantes porque han proporcionado miles de fósiles muy bien conservados de la época cámbrica", han señalado desde la Universidad de Zaragoza.

Técnica de estudio novedosa

Los fósiles fueron estudiados mediante microtomografía computerizada, una técnica novedosa que permite diseccionar el fósil en 3D sin destruirlo y poder visualizarlo en un ordenador. Dos escáneres 3D, uno para cada ejemplar, fueron realizados en el Natural History Museum de Londres y en la Universidad de Birmingham.

Se obtuvieron un total de 1.200 radiografías de cada fósil que, posteriormente, fueron analizadas durante varios meses para poder reconocer cada una de las partes anatómicas de los fósiles. El resultado fueron dos modelos tridimensionales de los fósiles que permiten observar con todo detalle la anatomía de estos animales y poder estudiarlos.

Precisamente en el año 2009, Samuel Zamora aplicó por primera vez en un fósil del cámbrico español este novedoso sistema de visualización en 3D para observar el interior de un pequeño fósil de hace 510 millones de años encontrado en el Parque Natural del Moncayo.

Los beneficios de esta metodología se han demostrado "incalculables" frente a las "técnicas destructivas" aplicadas hasta ahora para acceder y estudiar lo que los caparazones, la roca o los huesos ocultan.

Así, este nuevo método de penetración en el interior del fósil fue desarrollado gracias a la colaboración con investigadores del Imperial College de Londres, centro que cuenta con tecnología de alta resolución, superior incluso a la que se aplica en la tomografía axial computarizada (TAC o escáner) en el diagnóstico humano.

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