El futuro del euro —y por ello gran parte del proyecto europeo— se juega los próximos días en Grecia y México, lejos de los centros de poder en el viejo continente.

Y es que este domingo los ciudadanos griegos participarán en unas elecciones que se han convertido en un auténtico referéndum sobre la continuidad del país heleno dentro de la eurozona.

Más allá de siglas concretas, los helenos están forzados a elegir entre dos opciones esenciales, incompatibles y aparentemente definitivas: una de ellas a favor de continuar en la moneda única a toda costa, en la que se erige como cabeza visible el partido conservador Nueva Democracia, liderado por Andonis Samaras.

La Unión Europea no ha disimulado sus simpatías hacia esta alternativa, que implica el cumplimiento obediente y a toda costa de los compromisos de recorte.

En el otro extremo se situaría la opción izquierdista de Syriza, contraria a aplicar las medidas de austeridad impuestas por la troika y a devolver gran parte de la deuda aun a costa de volver al dracma.

Las encuestas no han mostrado una victoria clara de ninguna de las dos opciones, si bien las más recientes daban una ligera ventaja a Nueva Democracia. Previendo un posible desenlace negativo para los intereses de la UE, los bancos centrales europeos podrían estar preparando acciones conjuntas para hacer frente a una posible salida del euro, según afirmó ayer Reuters citando fuentes del G-20.

Sea cual sea el resultado, el problema griego y el del conjunto de la eurozona serán dos de los temas a tratar en la cumbre del G-20 que se celebrará los próximos días 18 y 19 de junio en Los Cabos (México).

El cónclave de los 25 principales jefes de Gobierno y representantes de las principales instituciones internacionales buscará resolver la crisis de deuda que sufre la zona euro. Para solucionarla, y pese a la habitual reticencia alemana, se espera que se tomen "medidas integrales y urgentes", tal como reiteró el jueves el FMI.

España, presente en el G-20 desde hace dos años como invitada, será también otra de las protagonistas de la cumbre. Las principales potencias mundiales han exigido al Gobierno de Mariano Rajoy que detalle y explique el mecanismo con el que piensa aplicar el rescate al sistema financiero anunciado por Bruselas.

El llamado G-20 es un foro internacional surgido tras la ampliación del G-7 —la histórica reunión informal de las mayores potencias industriales— a una docena de países emergentes y a la Unión Europea. Actúa principalmente para analizar y resolver crisis financieras.

Pese a toda la pompa que rodea a estas cumbres (en el recuerdo queda la reformulación del capitalismo anunciada por Nicolás Sarkozy en 2009), sus resoluciones son voluntarias, no vinculantes.