El titular de Exteriores inauguró la IV Conferencia de Embajadores de España, que desde hoy y hasta el  jueves reúne en Madrid a 123 jefes de las misiones diplomáticas del mundo.

Moratinos  abrió su discurso afirmando que vivimos un momento de la historia "convulso y complejo", en el que la globalización alcanza todos los territorios del planeta y subrayó que "estamos inmersos en un proceso de transición histórico".

Firme actuación

Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha advertido durante su intervención de que España no va a tolerar que sigan llegando a sus costas inmigrantes ilegales, ni que los países de origen incumplan los acuerdos bilaterales.

De la Vega ha destacado el cuidado con que el Gobierno trata de gestionar el problema humanitario derivado de la inmigración ilegal, pero garantizó que "todo el que entra en España de manera irregular, más tarde o más temprano saldrá de España", y precisó que eso deben saberlo tanto los que llegan como sus países de origen.

Borrell dice que es "un problema estructural"

Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, subrayó hoy que la llegada masiva de inmigrantes durante este verano a las Islas Canarias y a Lampedusa (Italia) no es una crisis puntual sino "un problema estructural".

En una intervención al inicio de la primera sesión plenaria tras la pausa estival, Borrell agradeció al comisario europeo de Justicia e Interior, Franco Frattini, el "impulso" dado a la cooperación entre Estados miembros de la UE en materia migratoria.

No obstante, Borrell advirtió que "a Lampedusa han llegado este verano 10.000 personas y a Canarias, 20.000, ayer sólo casi 2.000 más, un número cuatro veces superior al del año pasado, y centenares de personas han muerto en el mar intentando cruzarlo".

"Esas personas no quieren quedarse en Lampedusa ni en Lanzarote, quieren llegar a Europa. Por ello lo que allí ocurre nos afecta a todos", agregó el presidente, quien reclamó una "política común" ante un problema "estructural" que, según dijo, tiende a agravarse.

"Frente a ello, Europa debe lanzar una política de desarrollo en África y de cooperación entre países europeos, desarrollando una política común de inmigración", manifestó Borrell.