La denuncia que ayer hicieron pública en 20 minutos los trabajadores del pabellón de la Mar Bella provocó que ayer la presencia policial se hiciera evidente.

El Ajuntament cerró con una valla el acceso a la zona donde se agrupan los indigentes, situados junto a las instalaciones donde se realiza un casal de verano. La empresa municipal BS:M contrató un servicio de vigilancia.

Avelino Fernández, otro trabajador, aseguró que los problemas se agravan cada día.

"Ayer, sin ir más lejos, alguien arrojó una barra de hierro al patio inferior" que por suerte estaba vacío, explicó.

También en el bar

No sólo los trabajadores de BS:M han sufrido las iras de los toxicómanos.

Ana María Rubia, camarera del bar, cuenta: «Me enseñaron un cuchillo porque no les quise servir bebida».

"El Ajuntament sabe lo que está pasando aquí y no hace nada", sentenció David Casasín, otro de los trabajadores, que desveló los informes que periódicamente envían los operarios sobre las incidencias en las instalaciones.

El casal desmiente a los trabajadores

Los responsables del casal d’estiu CET-10, que hoy finaliza en la Mar Bella, afirman que "no hemos tenido ningún incidente con indigentes", como denuncian los trabajadores del pabellón.

Carles Meilán, coordinador del esplai, aseguró que, "de haber tenido noticias de problemas, los hubiéramos denunciado", ya que nunca "dejarían que los niños corrieran ningún riesgo".

Los responsables del casal desmintieron "que se hayan dejado de hacer actividades" por este motivo.