Reconocen que el personal de limpieza también merece las vacaciones, pero recuerdan que el olor y las moscas que se sitúan alrededor de los contenedores dan una «mala imagen de la ciudad». De hecho, denuncian que en zonas como Porta do Sol o Torrecedeira, los peatones deben caminar apartando las moscas con las manos, y esto puede llegar a constituir una amenaza «obvia para la salud pública».

Junto con los problemas aromáticos, los vecinos critican el deterioro que presentan estos depósitos de basura. «En ocasiones, las personas mayores tienen que pedir ayuda por la dificultad de abrir las tapas porque el sistema está estropeado», explica Enrique.

Y es que tirar la basura en Vigo no parece tarea fácil. Los continuos cambios de lugar de los contenedores se acentúa, por ejemplo, en el barrio de Coia. «Ahí, cada día aparecen en un sitio y no creo que sean los propios vigueses los que los mueven», denuncian en la federación. Según Enrique, son los propios trabajadores del servicio de limpieza, por lo que reclama que «se comuniquen estas reubicaciones».

En el rural, la situación se repite; por eso, los vecinos reclaman una revisión de todos los contenedores de Vigo.

Pagamos más de 70 euros al año

Los vigueses pagan cada año 71,65 euros por el servicio municipal de recogida de basura, lo que supone alrededor de 20 céntimos por noche. En comparación con otras ciudades, en Vigo se paga por este servicio un 18% más que en A Coruña. Para hacer efectivo el pago, el plazo finaliza el próximo día 1 de agosto. En total, son 127.204 familias empadronadas en la ciudad las que han de pasar por caja.