Los trabajadores, por medio del comité de empresa, han vuelto a denunciar la ola de agresiones por parte de «un grupo minoritario de viajeros», que les «insultan, atacan y amenazan».

Por ello, se concentrarán mañana frente a las oficinas del Metro y no descartan, incluso, suprimir los trenes nocturnos como medida de presión para que se incremente el personal de seguridad en el suburbano.

«Sólo hay un vigilante por cada tres o cuatro estaciones; es insuficiente», explicaron miembros del comité de empresa a 20 minutos. Entre las últimas agresiones, un supervisor que intentó mediar en una pelea, en el horario nocturno del Metro, cayó al suelo y recibió una patada por parte de un joven.

En otra ocasión, el vigilante de seguridad fue zarandeado por los agresores, y en otra, una supervisora sufrió un ataque de nervios tras recibir insultos por parte de una cuadrilla de jóvenes.

Las agresiones más graves están relacionadas con la  noche, pero los ataques también ocurren en pleno día. «Un señor comenzó a insultarme porque yo no tenía cambio de 50 euros a las diez de la mañana; y otro, por poco me agrede, porque le dije que estaba metiendo mal el billete en la máquina», relata José Luis, uno de los supervisores.

La empresa pide más respeto

Metro Bilbao se limitó ayer a enviar una escueta nota de apoyo a los trabajadores tras la denuncia del comité de empresa. La compañía dice respaldar a los empleados y vuelve a pedir a los viajeros un uso responsable del suburbano y el máximo respeto al personal. Aunque Metro Bilbao no contempla ninguna reducción en su servicio, según señala la nota, «respeta las iniciativas que pudieran adoptar los trabajadores», agrega.