Así, en 2003 se matricularon en la provincia 866 embarcaciones, entre vehículos de motor y veleros, y en 2004 llegaron a los 984, hasta 118 unidades más, con un crecimiento del 13,6%. En 2005 las ventas se estancaron, pero, aun así, se botaron otros 950 vehículos de mar.

La flota alicantina es la cuarta de España y sólo es superada en crecimiento en estos momentos por la de A Coruña, aunque allí hay la mitad de embarcaciones.

Rafa Ramón, de Ociovela, y Carlos Ruiz, de AN Náutica, explicaron a 20 minutos cuánto cuesta mantener un barco en Alicante. En primer lugar, una embarcación a motor nueva cuesta desde 50.000 euros hasta 2,5 millones de euros, mientras que un velero es algo más asequible y se puede conseguir a partir de 75.000 euros.

Además, la tripulación cobra alrededor de 1.200 euros neto/mes por marinero. Un barco de 20 metros de eslora consume 80 litros de gasoil por cada 100 kilómetros. Por ejemplo, una travesía de una semana hasta Baleares puede salir por 18.000 euros, ida y vuelta. Sólo el viaje, sin escalas, 12.000 euros.

A todo esto hay que sumarle las piezas de recambio (2.000 al año), la cuota de entrada y mensualidad al Club de Regatas (6.000 y 45/mes), más las tasas portuarias y derecho de fondeo (que para un barco de esas características puede alcanzar los 58.300 euros).

La opción más asequible para navegar es alquilar una embarcación, tripulada o no, que por un fin de semana puede costar unos 1.100 euros según la temporada.

¿Por qué se venden tantos?

Según Carlos Ruiz, de AN Náutica Alicante, este boom de los yates se ha producido por varios motivos. En primer lugar, por las mejoras técnicas y estéticas de las embarcaciones. Otro factor es la bonanza económica, pues los compradores de barcos suelen ser «empresarios y profesionales liberales». Este alza se ha producido a pesar de la escasez de amarres en los puertos deportivos y marinas de la provincia, pues, según Ruiz, si los hubiera «se venderían más todavía».