El fin de semana pasado dio inicio una de las obras que más polémica ha levantado en los últimos años. Y no hablamos de la M-30, sino de la M-501, la conocida como Carretera de los Pantanos.

A principios de 2006, a pesar de los informes científicos  en contra y de las advertencias de los ecologistas,  la Comunidad decidió llevar a cabo las obras.

Aquí te ofrecemos las claves para poder seguir el caso.

Unos (principalmente el gobierno de la Comunidad de Madrid, quieren reparla o, más bien, convertirla en una autovía para reducir sus altos índices de siniestralidad de la actual carretera.

Otros (ecologistas y asociaciones civiles y de vecinos) argumentan que detrás de la operación sólo hay intereses urbanísticos y que no se puede modificar el trazado o ampliar los carriles sin dañar irreversiblemente el ecosistema que rodea a la carretera, repleto de especies protegidas.

En convertir la actual carretera, que en muchos tramos tiene sólo un carril en cada sentido, en una autovía, de Quijorna a Navas del Rey. La nueva vía contaría con al menos dos carriles en cada sentido, con mediana y con sus correspondientes servicios y carriles de incorporación.

Según Ecologistas en Acción, el efecto directo de los trabajos, más en estas fechas, sería irreversible, puesto que afectaría a más de 3.000 encinas (cuyo trasplante, según los ecologistas, no garantiza su supervivencia) y a especies como el águila imperial o la cigüeña negra.

Al tratarse de una zona con tanta riqueza ambiental, se necesitaba una Declaración de Impacto Ambiental (DIA), que ya realizó el equipo de Alberto Ruiz Gallardón cuando el alcalde era presidente de la Comunidad con resultado negativo.

El actual equipo ha iniciado las obras sin realizar el DIA.

Actualmente, la Comisión Europea investiga si estas obras  cumplen la legislación medioambiental de la Unión Europea.

En marzo de este mismo año, se encontraron en las inmediaciones de la carretera lo que se suponía eran excrementos de lince ibérico, el felino más amenazado del mundo.

La polémica se desató y Medio Ambiente pidió la suspensión de las obras, que por aquel entonces no se habían iniciado.

Después, la presidenta de la Comundiad, Esperanza Aguierre, dio a entender que alguien podría haber puesto ahí los excrementos.

La semana pasada, otros análisis, como el de los expertos de Doñana, dicen que se trata de heces de gato común. El resultado del tercer informe, que será el definitivo, en quince días.

Sí, hay varios procedimientos contra la carretera, presentados por distintas instancias.

Por un lado, según informa hoy el diario El Mundo, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) ha iniciado recientemente un procedimiento contra la Comunidad por afectar al cauce del río Perales sin autorización.

Por otro lado, Ecologistas en Acción y la asociación Sierra Oeste Desarrollo SOStenible han puesto dos denuncias ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) por todas estas supuestas irregularidades.