El Gobierno ha vuelto a acusar este martes al PSOE de bloquear la renovación de la dirección de RTVE y fuentes del Ejecutivo han revelado que se propusieron al principal partido de la oposición nombres concretos para presidir la corporación que el líder de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, rechazó.

Fuentes del PSOE, por su parte, han acusado al Gobierno de romper el acuerdo alcanzado entre el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y Rubalcaba para negociar en conjunto todas las vacantes institucionales, ya que, recuerdan, además de RTVE está pendiente de renovación parte del Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y el Tribunal de Cuentas. A su juicio, además, rechazar un nombre no es romper o bloquear una negociación.

La decisión del Gobierno de modificar por decreto la forma de elegir al presidente de RTVE, para que sea posible designarlo por mayoría absoluta del Congreso, en vez de dos tercios, ha enturbiado el diálogo del Ejecutivo con el PSOE.

En su primera reunión en La Moncloa, el 15 de febrero, Rajoy y Rubalcaba acordaron solucionar la interinidad que se vive en los órganos constitucionales antes del verano. Ninguna de las dos partes informó públicamente de la marcha de las conversaciones, pero el presidente el Gobierno reveló en el pleno del Congreso el pasado 11 de abril que se había reunido una segunda vez con Rubalcaba, y le acusó de retrasar el acuerdo.

Aunque no han querido desvelar nombres, fuentes del Ejecutivo han asegurado que en esa cita el Gobierno hizo sus propuestas para RTVE y que recibió como respuesta la negativa del PSOE.

Según el Gobierno, es el principal partido de la oposición el que ha decidido bloquear la negociación y el que obliga al Gobierno a cambiar la ley para nombrar en breve al nuevo presidente de RTVE -bastaría con los votos del PP- de modo que la corporación pueda presentar las cuentas anuales y los presupuestos para el presente ejercicio.

Desde el PSOE se considera en cambio un escándalo que Rajoy hiciera pública esa reunión "privada" y se asegura que el Gobierno había acordado con los socialistas que todas las vacantes y renovaciones de cargos se negociarían en bloque. En opinión de las fuentes socialistas consultadas, la presión dentro del PP para contar con una televisión al servicio del partido llevó al Gobierno a querer acelerar la renovación de la corporación pública al margen del resto de instituciones.