Joaquim Gomis (Barcelona, 1902-1991), heredero de un industrial del algodón y nieto de un ingeniero de Caminos, aprovechó el desahogo económico para dedicarse a la práctica artística y la promoción cultural y codearse con la burguesía ilustrada y liberal catalana. Como fotógrafo fue incansable y, aunque no llegó a despuntar, desplegó una actividad incesante durante varias décadas.

La Fundación Joan Miró, de la que Gomis fue su primer presidente (1972-1975), expone De la mirada oblicua a la narración visual, una retrospectiva amplia —casi dosceintas imágenes— que aglutina su obra. La muestra, que se inauguró el viernes, estará en cartel hasta el 30 de junio.

La retrospectiva está dividido en dos ámbitos. El primero, La mirada oblicua, muestra la producción fotográfica de Gomis entre 1922 y 1939, período en el que realizó una "obra pionera", según los organizadores, al alinearse con los postulados de la Nueva Visión vinculado a la Bauhaus. Gomis tomó gran parte de estas fotografías durante sus años de residencia en París y Nueva York.

La segunda parte de la muestra, La narración visual, se ocupa de la que Gomis llamaba fotoscops, fotolibros en los que desarrolló un lenguaje a medio camino entre el cinematográfico y el fotorreportaje. Este tipo de narración fotográfica secuencial tuvo impacto en artistas como Joan Miró, amigo personal de Gomis, y Antoni Tàpies.

La exposición presenta fotoscops inéditos como Eucaliptus, Barcelona y la serie sobre el cuerpo femenino, así como otros que tuvieron resonancia en ámbitos artísticos, como Atmósfera Miró, Gaudí, Ibiza fuerte y luminosa y Artesanía.

La mayoría de las fotografías de la exposición proceden del Arxiu Joaquim Gomis, propiedad de sus herederos y depositado en el Arxiu Nacional de Catalunya. Consta de 70.000 imágenes y documentación complementaria como cartas, libros y catálogos. La Fundació Joan Miró, los nietos del fotógrafo y la Generalitat de Catalunya firmaron un acuerdo que otorga los derechos de explotación del fondo a la Fundació Joan Miró.