Joyce Ho, colores cálidos para personajes 'dislocados'

  • La pintora taiwanesa crea escenas domésticas con elementos surrealistas.
  • El teatro es su mayor influencia. Compone sus cuadros pensando en la intensidad de la luz, la puesta en escena y los gestos de los actores.
  • Los protagonistas de sus obras enfrentan el aislamiento y la soledad que ella sufrió cuando, con 14 años, llegó con su familia a Estados Unidos.
Uno de los óleos 'teatrales' de la artista taiwanesa residente en EE UU
Uno de los óleos 'teatrales' de la artista taiwanesa residente en EE UU
Joyce Ho
Uno de los óleos 'teatrales' de la artista taiwanesa residente en EE UU

En un coqueto dormitorio, los clásicos muebles de madera se hunden en la marea verde que los desequilibra. Sobre la cama descansa un pastelillo desproporcionado, más grande que la mesilla de noche.

Joyce Ho (Taiwan, 1983) contrapone la tranquilidad doméstica con situaciones cercanas al surrealismo. Los rostros de los protagonistas de su obra, cuando no están cubiertos, expresan una seriedad que esconde emociones difíciles de identificar. "Mis personajes están inspirados sobre todo en mi familia y amigos cercanos. Para los escenarios suelo utilizar la casa de mis padres", explica con brevedad.

Elabora sus cuadros al óleo y trabaja por capas, añadiéndolas hasta que el color está lo suficientemente saturado. La suavidad del acabado final imita el grano de la luz de un foco ténue. Trabajar en una compañía de teatro marcó su obra desde el principio: "Cuando compongo mis imágenes tengo en mente la intensidad de la luz, la puesta en escena, los gestos de los actores".

Pertubadoras y luminosas

Ho enfrenta cada cuadro como un escenario congelado y, aunque se deja influir por las películas de sus directores de cabecera —David Lynch, Paul Thomas Anderson, Stanley Kubrick— la representación teatral siempre está en primer lugar.

El aislamiento y la soledad son el narrador omnisciente de las microhistorias de Ho. La artista habla de su llegada a los Estados Unidos desde Taiwan, cuando tenía 14 años, dejando atrás su casa, la familia y la cultura a la que pertenecía. "Mis cuadros son una visión femenina que expresa el trastorno de sentirse dislocada, con una paleta luminosa y una gran carga teatral".

Admite que, a pesar de la dulzura de las formas, sus imágenes son perturbadoras, "ya sea por el ángulo elegido para pintar una cabeza o la distorsión incómoda de un cuerpo". Para hacer esta visión más compleja, Ho huye de la oscuridad y usa fuertes tonos amarillos para que el espacio "emane luz" y arrulle a las figuras. "Me gusta esa violencia tranquila, seducir al espectador con colores vivos y de modo simultáneo confrontarlo con personajes dañados".

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