El dueño de la tienda de novias Anuska, emplazada en la calle Mayor, ruta de paso para bajar al puerto para algunos noctámbulos, está harto de sufrir actos vandálicos, graffiti y de que le rompan hasta las luces exteriores. Cansado de reparar las cristaleras, ha optado por no reponer nada, resignarse y utilizar los escaparates como maceteros.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios