Colocan una sonda al Papa para que pueda alimentarse

Va desde la nariz hasta el estómago. Dos horas antes de la operación quirúrgica a la que fue sometido, Juan Pablo II intentó hablar, sin éxito.
El equipo médico que atiende al Papa le colocó ayer una sonda nasogástrica, que le facilitará la ingestión de alimentos, según informó el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.

La sonda va desde la nariz hasta el estómago. Este recurso se emplea con pacientes que tienen dificultades para ingerir alimentos por vía oral, como enfermos de Párkinson, que es el caso de Juan Pablo II, y con frecuencia sirve de antesala a la colocación, mediante intervención con anestesia, de otra sonda de carácter permanente (PEG) y de un centímetro de diámetro.

Navarro Valls dijo que con la implantación de la sonda nasogástrica se pretende «mejorar el aporte de calorías y favorecer una recuperación de las fuerzas».

Durante la Semana Santa se ha visto al Papa muy debilitado y con signos de evidente sufrimiento en su rostro, muchas veces desencajado.

El portavoz vaticano señaló que el Papa «continúa su lenta y progresiva convalecencia» y que «transcurre muchas horas de la jornada en un sillón, celebra misa en su capilla privada y está en contacto con sus colaboradores».

Bendición sin palabras

Dos horas antes de la intervención quirúrgica, Juan Pablo II compareció en la ventana de su despacho en el Palacio Apostólico vaticano y saludó y bendijo sin poder hablar y con visibles signos de desasosiego a los fieles congregados en la plaza de San Pedro.

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