Dimite el Primer Ministro de Timor Oriental por su "responsabilidad" en la crisis

Las claves:
  • Dimite el Primer Ministro de Timor Oriental por su "parte de responsabilidad" en la crisis del país.
  • Miembros de su partido y parte de la opinión pública le culpan de lo ocurrido.
  • El conflicto comenzó cuando el Primer Ministro decidió despedir a 600 militares que se manifestaron.
El Primer Ministro de Timor Oriental Mari Alkatiri (Lirio Da FOnseca / REUTERS)
El Primer Ministro de Timor Oriental Mari Alkatiri (Lirio Da FOnseca / REUTERS)
Lirio Da FOnseca / REUTERS
El Primer Ministro de Timor Oriental Mari Alkatiri (Lirio Da FOnseca / REUTERS)
Primer Ministro Mari Alkatiri, quien finalmente ha decidido dimitir después de reconocer su "parte de responsabilidad en la crisis".

En su declaración, Alkatiri dice sacrificarse por el presidente del país, Xanana Gusmao, "considerando que por encima de cualquier otro interés está el de la nación" .

Por otro lado afirma que está dispuesto a dialogar con éste "para contribuir, si es necesario, a la formación de un gobierno interino" y que reanudará sus funciones como diputado del Parlamento nacional.

No es la única

La dimisión de Alkatiri se produjo un día después de que el ministro de Exteriores y Defensa, José Ramos Horta, renunciara a sus cargos, al igual que lo hizo el ministro de telecomunicaciones, Ovidio Amaral, como forma de protesta, hasta que el partido Fretilin en el gobierno escogiera a un nuevo líder.


Alkatiri recibió ayer el a
poyo de su partido, el Fretilin, que tomó una decisión consensuada de mantener al primer ministro en el cargo a pesar de las presiones de políticos, ciudadanos y de la iglesia a favor de su dimisión.

El primer ministro es culpado por gran parte de la opinión pública timorense de causar la ola de violencia ocurrida en el país tras el despido de 600 militares -un tercio de todos los efectivos- en marzo pasado, por manifestarse para exigir el fin de la discriminación étnica.

El detonante

Unas 30 personas murieron en enfrentamientos que se desataron en las calles de Dili tras los despidos de los militares , con la aparición de bandas de civiles armadas.

Otras 100.000 personas huyeron de sus hogares en Dili y aún permanecen la gran mayoría en campos de refugiados y en lugares considerados seguros como iglesias y seminarios católicos.

La crisis timorense determinó la intervención de fuerzas de Australia, Malasia, Portugal y Nueva Zelanda con la misión de frenar los enfrentamientos violentos.

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